Con ello pretende impulsar la transparencia en un mercado que sigue estando prácticamente fuera de todo control internacional y eso pese a que los pequeños productores suponen cerca del 20% de la producción mundial de diamantes.
El proyecto se ha denominado GemFair y se realizará en colaboración con la ONG canadiense Diamond Development Initiative (DDI), que trabaja desde hace más de 10 años sobre el terreno en este país y que también colabora con el Proceso Kimberley.
Esta ONG será la que certifique que los pequeños mineros trabajan en condiciones “dignas” y posteriormente la compañía minera les facilitará un ‘kit’ (consistente en una tablet y el acceso vía satélite a una app) para que a partir de ahí se pueda seguir la trazabilidad de estas gemas.
Un ‘conflicto’ con los diamantes enquistado
Y es que, aunque en la actualidad se encuentren fuera del foco informativo de los medios generalistas, los diamantes de ‘sangre’ o de ‘conflicto’ continúan entrando al mercado. Aunque desde entidades como el Proceso Kimberley se señala que “menos del 1%” de los diamantes que se venden en el mundo proceden del tráfico ilegal, otras entidades que trabajan sobre el terreno aseguran que estos suponen en torno al 20% del mercado.
¿Cómo es posible que exista tanta variación? Pues el problema reside en la propia definición de ‘diamante de conflicto’. Oficialmente, desde el Proceso Kimberley sólo se denominan así a los diamantes que sirven para financiar a grupos armados que se oponen a los Gobiernos legítimos.
Sin embargo, para un amplio grupo de observadores internacionales esta definición está desfasada porque el tiempo ha hecho que muchos de los conflictos ‘clásicos’ hayan desaparecido en los países africanos productores, pero en su lugar se han establecido gobiernos corruptos y unas condiciones de extracción que atentan contra los derechos humano más básicos.
De ahí que sean muchas las voces que piden al Proceso Kimberley una ‘actualización’ e incluso algunas ONG miembros de la organización, como la canadiense Impact, han anunciado su salida de la entidad por considerar que ha “fracasado” en su intento de erradicar los diamantes de conflicto del mercado.