El anuncio se produjo al final del Plenario anual del Proceso de Kimberley, celebrado en Brisbane (Australia) del 9 al 14 de diciembre. "A los consumidores se les está vendiendo algo que no es real", espetó la directora Ejecutiva de la ONG, Joanne Lebert, a los miembros del Proceso allí reunidos.
"El Proceso de Kimberley y su Certificado ha perdido su legitimidad. Los controles internos de los gobiernos no proporcionan la evidencia de la rastreabilidad y la diligencia debida necesarias para garantizar una cadena de suministro de diamantes limpia, libre de conflicto y legal. “A los consumidores se les ha dado una falsa confianza sobre el origen de sus diamantes”, señaló Lebert.
Sin interés por reformar el Proceso
Impact había pedido reformas de calado para devolver la legitimidad al Proceso. Entre ellas, una definición ampliada de lo que significa ‘diamante de conflicto’ ya que tradicionalmente define a aquellos usados por los grupos rebeldes para financiar sus actividades pero no dice nada sobre los abusos perpetrados por los propios gobiernos o las empresas de seguridad privada que operan en algunas regiones africanas.
La Sociedad Civil también pidió reformas para reforzar los controles internos a nivel nacional y regional para fortalecer la trazabilidad y minimizar el comercio ilícito. Muchos casos han puesto de manifiesto la debilidad de los controles internos, y la investigación de Impact en 2016 demostró cómo, a pesar de un embargo, los diamantes de la República Centroafricana ingresaban a la cadena de suministro legítima a través de Camerún.
Un procedimiento estancado
"Hemos llegado a la conclusión de que el Proceso de Kimberley ha perdido su voluntad de ser un mecanismo eficaz para la gobernanza responsable del diamante", señalan desde la ONG. A partir de ahora La organización colaborará de forma independiente con otras entidades y países productores para implementar medidas que reduzcan este comercio ilícito.
La investigación de Impact sobre el conflicto en Sierra Leona en 2000 fue el primer informe que trazó el vínculo entre los diamantes y el financiamiento de conflictos, lo que generó la atención internacional y la posterior acción sobre los diamantes de sangre. En 2003, la entidad fue nominada para el Premio Nobel de la Paz.
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