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Un comerciante ilegal ofreciendo diamantes en bruto en Zimbabwe
Un comerciante ilegal ofreciendo diamantes en bruto en Zimbabwe

La industria del diamante, acusada de “reformas descafeinadas” en la defensa de los derechos humanos

miércoles 14 de noviembre de 2018, 07:00h
Aprovechando que durante esta semana se celebra en Bruselas el pleno del Proceso Kimberley varias Organizaciones No Gubernamentales lanzaron el lunes un comunicado que arremete duramente contra la industria del diamante por su “falta de compromiso” para que las empresas tengan la obligación de autoregularse ante los abusos sobre los derechos humanos en los países productores, así como frente a la corrupción o los daños medioambientales.

En concreto, las ONG’s cargan contra la reciente reforma del Sistema de Garantías del Consejo Mundial del Diamante (WGC), la principal asociación del sector que engloba a productores, distribuidores y joyeros, y lamentan la “oportunidad perdida para que el público pueda confiar en que los diamantes que compran se obtengan, comercialicen y procesen de manera responsable”.

Parece ser más un intento simbólico de apaciguar las críticas a las fallas de la industria del diamante que un paso real

El Sistema de Garantías es un documento de autorregulación creado por el WGC en el año 2000 y que ha sido actualizado recientemente. La guía establece unas “recomendaciones” para que las empresas se ajusten a los principios de abastecimiento responsable y derechos humanos cuando trabajen con diamantes en bruto, y está inspirada en los estándares de Naciones Unidas y la OCDE en cuanto a diligencia debida, aunque no supone un cumplimiento obligatorio.

Un ‘lavado de cara’

Precisamente esa falta de obligatoriedad es la que ha soliviantado a ONG’s como Global Witness, Human Rights Wath o Amnistía Internacional ya que, tras casi 20 años desde que se publicó la guía, su actualización ha defraudado a las organizaciones que trabajan en el ámbito de la defensa de los derechos humanos.

Para ellas esta guía “no es más que un documento explicativo” que emite recomendaciones descafeinadas y ambiguas como “evitar en lo posible abusos” o “rechazar las peores formas del trabajo infantil”, pero sin condenarlos o prohibirlos expresamente. Según las ONG’s esta guía hace que los temas relativos a derechos humanos y laborales sean “voluntarios”.

Esa es la principal crítica: “La posición de la Sociedad Civil es clara: el respeto de los derechos humanos no es opcional para las empresas. El WDC debe exigir a sus miembros que actúen de acuerdo con los estándares internacionales”, señalan desde Amnistía Internacional, una de las entidades firmantes.

“Esta llamada actualización en sus directrices de autorregulación parece ser más un intento simbólico de apaciguar las críticas a las fallas de la industria del diamante que un paso real para asegurar que el comercio de diamantes no siga alimentando los abusos contra los derechos humanos” añaden desde Global Witness.

Acceda al comunicado completo en este enlace.