El índice español fue uno de los más afectados por los temores de los inversores y el lunes se dejó en torno al 4% (más de 29.000 millones de euros en cotizaciones) mientras que otros parquets, como Ftse Mib italiano cayó casi un 6%, mientras el Dow Jones estadounidense perdía un 3,5% y su homólogo alemán un 3,3%, por citar sólo unos casos.
En contraste, el precio del oro hizo honor a su apelativo de ‘valor refugio’ y alcanzó su nivel más alto en siete años, acercándose a la barrera de los 1.700 dólares la onza (en concreto cerró en 1.682 dólares). En sólo unas horas se había incrementado su valor un 2%.
El metal se ha revalorizado ya más de un 10% en lo que llevamos de año y la mayoría de analistas coinciden en que su precio pronto podría traspasar la barrera de los 1.700 dólares la onza, impulsado por la más que evidente desaceleración económica provocada por el virus originario de China.
Esta escalada en los precios del oro, así como del platino y de la plata, supone también otra piedra en el camino de la joyería, muy sensible a los incrementos de los metales por la dificultad de trasladarlos al cliente final. Un hándicap al que se suma la más que previsible contracción del mercado minorista, que en momentos de incertidumbre suele prescindir del lujo entre sus predicciones de compra.