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Hilde Hardeman, presidenta del Proceso de Kimberley en 2018, en representación de la Unión Europea, dirigiéndose a la Asamblea General de las Naciones Unidas el 1 de marzo de 2019.
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Hilde Hardeman, presidenta del Proceso de Kimberley en 2018, en representación de la Unión Europea, dirigiéndose a la Asamblea General de las Naciones Unidas el 1 de marzo de 2019.

Naciones Unidas insta a “fortalecer” el control del Proceso Kimberley

lunes 11 de marzo de 2019, 07:00h
La Asamblea la Asamblea General de las Naciones Unidas ratificó el pasado 1 de marzo una propuesta de la Unión Europea que insta a “romper de manera más efectiva los vínculos con las transacciones ilícitas de diamantes en bruto”. Un primer paso que busca responder a las presiones de los últimos años para actualizar la –para muchos desfasada—definición de diamantes de conflicto.

La resolución se llevó a cabo con el consenso de los 193 representantes de la Asamblea y ha recibido también el beneplácito del Consejo Mundial del Diamante (WDC, en sus siglas en inglés), la entidad que representa al grueso de la industria y que cuenta con ‘voz y voto’ en el Proceso de Kimberley (PK).

"Estamos muy alentados por la adopción de esta resolución, no solo porque se hace eco de la llamada a la reforma del PK, sino también porque ha sido aprobada con el apoyo de todos los países miembros de las Naciones Unidas, incluidos aquellos en cuyos territorios se extraen, procesan y comercializan diamantes", señala el presidente del WDC, Stephane Fischler.

Y es que tanto el Consejo Mundial del Diamante como las ONG`s que representan a la Sociedad Civil en el Proceso Kimberley han sido quienes más presiones han ejercido para que el proceso Kimberley incluya dentro de la definición de Diamantes de Conflicto a las gemas que se extraen mediante la explotación de los mineros en los países de origen, y no solamente a los que, como era su origen del conflicto, financiaban a grupos armados rebeldes.

El presidente del Consejo Mundial del Diamante, Stephane Fischler, durante la reunión previa a la votación en la ONU.

Previa a esa votación, el 28 de febrero se llevó a cabo una reunión de trabajo en la que se plantearon las reformas más urgentes por parte de países miembro de Kimberley, ONG’s y la industria. La sesión se llevó a cabo a instancias de la Unión Europea, entidad que ha presidido el Proceso Kimberley durante 2018 y que enmienda así la escasa iniciativa que ha caracterizado a su mandato.

El propio Stephane Fischler se mostró en el encuentro muy pesimista con la evolución del Proceso desde su creación en 2000: "Voy a ser franco; hasta el momento, el PK no ha logrado detener adecuadamente la incidencia de la violencia sistémica en algunas regiones productoras, ni ha reducido inestabilidad de las comunidades mineras artesanales o la falta de oportunidades de desarrollo”.