El perfil de los jóvenes clientes españoles de relojería está cambiando “muy rápidamente” nos explican desde el grupo relojero Ayserco y la demanda se decanta por piezas con “singularidades estéticas” creadas por diseñadores involucrados en otros sectores como la automoción, aviación o la moda.
Pero, ¿qué es lo que buscan en relojería los nuevos compradores? Según Adolfo Arroyo, director general del Grupo Ayserco, el cliente se decanta por propuestas minimalistas aunque llamativas.
Los precios varían desde los 200-250 euros para las ofertas básicas y pasan hasta 500 euros “siempre y cuando la pieza esté enriquecida por la creatividad de expertos” aseguran desde el grupo relojero.
De ahí se pasa a la gama ‘Premium’ en los relojes de moda, que va desde los 600 a los 800 euros, y que resulta atractiva para los milennials que buscan productos “distinguidos” y con diseños exclusivos, que no encuentren en otras marcas.
Características del comprador de relojes Premium
La entrada en el mercado de una nueva generación de compradores, mujeres y hombres distinguidos como millennial es la clave de esta transformación. Son personas que superan ya la barrera de los treinta años, tienen trabajo estable y están a punto o acaban de formar una familia.
Sus 7 claves para elegir una pieza relojera son:
1. Esferas minimalistas. Decoradas con tonalidades puras, especialmente llamativas
2. Numerales aligerados al máximo. Visibles pero nada recargados
3. Coronas de buen tamaño. Para facilitar cualquier ajuste horario
4. Pulsadores de crono con rasgos anatómicos
5. Correas, de cuero o metálicas con especificaciones de calidad. Siempre con un diseño exclusivo
6. Cierres de mariposa. Son habituales en la Alta Relojería, para asegurar unas piezas valiosas
7. Marcas con gran carga emocional. Deben ser reconocibles de inmediato, como es el caso de MINI o Aviador, aunque provengan de sectores ajenos a la relojería
La unión de todos estos factores incita a una inversión extra, “aunque siempre con un techo de 800 euros” puntualizan desde Ayserco.
