El presidente de la Federación Mundial de Bolsas de Diamantes, Ernie Blom, aprovechó su intervención en el Plenario que el Proceso Kimberley celebró la semana pasada para recordar a los fabricantes y distribuidores de diamantes sintéticos que “sólo en República Centroafricana, entre tres y cuatro millones de personas tienen en la extracción artesanal de diamantes su único medio de vida”.
Cabe recordar que el país centroafricano ha sido uno de los más afectados en estos últimos años por los conflictos armados y sólo ahora parece ver la luz al final del túnel con la apertura de varios proyectos piloto para la extracción de diamantes bajo el control de Kimberley, lo que asegurará que la explotación se realiza sin afectar los derechos humanos y, especialmente, sin recurrir al trabajo infantil.
No obstante, la mayor parte del país sigue controlada por milicias armadas enfrentadas al Gobierno –elegido democráticamente el pasado mes de febrero– y esta apertura supone sólo un pequeño paso para la vuelta a la normalidad.
En su intervención, Rooney aclara que su intención no es “demonizar” a los fabricantes y distribuidores, que tienen “toda la legitimidad” para vender sus productos, pero sí insiste en que “habrá cero tolerancia” para aquellos que pretendan vender diamantes sintéticos en lotes entremezclados con los naturales.
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