En algunos cristales, la disposición de los átomos y los tipos de enlaces favorecen la presencia de determinadas direcciones en las cuales el mineral se separa con mayor facilidad al aplicar una acción mecánica.
Los planos de exfoliación en la estructura del diamante, van en paralelo a las caras del octaedro y corresponden a los planos estructurales más débiles. En algunos casos se aprovecha la exfoliación para cortarlos o para eliminar las porciones defectuosas de los ejemplares en bruto, con la menor pérdida posible.
En un mineral que presente un grado de buena exfoliación, esta se puede observar en las fisuras internas, que tienden a ser planas y se orientan en paralelo a determinadas caras cristalinas.
Estos materiales hay que tallarlos y pulirlos con gran cuidado, ya que cualquier golpe o exceso de presión, puede deteriorarlos fácilmente. Por otra parte, nunca se debe tallar una faceta paralela a una cara de exfoliación, ya que resulta imposible su pulido.
Es, por tanto, importantísimo el conocimiento de esta propiedad en los materiales gemológicos, sobre todo para el lapidario y el engastador.