La pandemia pone en valor a los Montes de Piedad como herramienta financiera
lunes 24 de mayo de 2021, 07:00h
Los Montes de Piedad asociados a Presea (Entidad que agrupa a las siete grandes fundaciones bancarias, con 22 oficinas en España) cerraron el ejercicio 2020 con más de 230.000 créditos concedidos y renovados que generaron un importe global superior a 152 millones de euros. La cifra supone un “moderado” incremento interanual del 1% que la entidad achaca a los casi tres meses de confinamiento obligado por la Pandemia.
“En una proyección a 12 meses estas cifras ascenderían a más de 300.000 operaciones concedidas y renovadas por importe superior a 200 millones de euros, con un incremento interanual del 34%” explica el presidente de Presea, Santiago Gil de la Rosa.
Algunos de los datos más relevantes de la actividad de los Montes de Piedad y su relación con la Tasación de joyas los pudimos analizar en directo en una de las charlas AETAlks que la Asociación de Tasadores de Alhajas (AETA) celebró online el pasado jueves.
El importe promedio por préstamo del pasado ejercicio ascendido a 657 euros, registrando un incremento en torno a un 10% en comparación con el importe de 595 euros por operación en 2019. "Una circunstancia que obedece a la tendencia alcista en la cotización del oro como activo refugio en momentos de incertidumbre" explican desde Presea.
Otros datos relevantes de la actividad en 2020 fueron las 104 subastas públicas celebradas el año pasado, un 18% más que en 2019 y, de ellas, el 95% de realizaron online. Pese a las ventas se pone nuevamente en valor la apreciación de los clientes por la joya como elemento de ahorro y seguridad, puesto que más del 97% de las piezas fueron recuperadas por sus propietarios.
Una herramienta financiera alternativa
“Estas cifras indican que el crédito con joyas como garantía se revela como una opción de financiación más vigente que nunca por su facilidad e inmediatez, junto a la seguridad y confianza que aportan este tipo de instituciones centenarias” añade Gil de la Rosa.
Una de las conclusiones que deja la pandemia a la mayoría de estas entidades de crédito en el mundo, aún de lugares tan lejanos como Asia, Iberoamérica o Europa, ha sido que cada vez más este tipo de crédito es utilizado por los clientes como una herramienta financiera alternativa y no como el “último recurso” económico disponible, como tradicionalmente se le había atribuido.
“Aunque esta conclusión ya se intuía en la anterior crisis, en esta provocada por la COVID19 se ha demostrado que la actividad prendaria es procíclica (crédito al consumo) y no anticíclica” añaden desde Presea.