Si algo incuestionable tiene la pequeña firma relojera suiza Artya es que cumple lo que promete. Y bajo el nombre de Son of a Gun –que tiene varias acepciones en inglés, la mayoría malsonantes— la manufactura lanza un modelo de edición única en acero negro 316 y fibra de carbono en el que destacan seis auténticos casquillos de bala ‘flotando’ entre la caja y el dial.
El reloj cuenta con un movimiento propio y una reserva de marcha de 50 horas que indica horas, minutos y segundos, con correa de piel natural y cristal de zafiro antirreflejante.
En este caso se trata de auténtica narrativa relojera y ese es precisamente el slogan de la casa: ‘Manufactura de emociones’. El coleccionista que compre este mecanismo de 13.800 euros se llevará consigo un fragmento de la historia del Oeste americano puesto que los casquillos corresponden a un calibre 22 Flobert, un tipo de bala inventada en 1845 y que supuso un avance cualitativo en la industria del armamento. Fueron los primeros cartuchos con percusión anular (en el centro de la base) del mundo.
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