“Los joyeros con reputación global centran su energía creativa en el diseño y fabricación de joyas con diamantes naturales que, con su rareza inherente son testigos de los momentos más valiosos de la vida” continuaba Delage, añadiendo que “los diamantes sintéticos no tienen valor a largo plazo y, por lo tanto, no se emplean para fines similares”.
Desde el grupo se pone como ejemplo “las lecciones aprendidas del comercio de rubíes sintéticos, esmeraldas y zafiros”. Unas gemas que han demostrado que, cuando aumentaba la producción de versiones sintéticas su valor caía, mientras que el de las gemas naturales seguía creciendo, añade el CEO de la división joyera de De Beers.