La mina es una joint venture entre De Beers y la canadiense Mountain Province Diamonds, y se inauguró el pasado mes de septiembre, convirtiéndose en la mayor explotación de los territorios del Noroeste de Canadá. Además, con unas reservas estimadas en 54,6 millones de quilates se sitúa entre las diez más grandes del mundo.
La explotación de esta mina a cielo abierto ha supuesto ya 500 millones de inversión y coincide con el cierre de otra mina emblemática, Snap Lake, situada en la misma región y que ha tenido que ser inundada por De Beers debido a graves problemas operativos que han hecho inviable su rentabilidad.