Quedan sin embargo en el tintero para “seguir discutiéndolas en el futuro” las tres propuestas estrella de la presidencia del dubaití Ahmed Bin Sulayem: La creación de un Secretariado permanente que dependa de la ONU y que permita actuar con más eficiencia al Proceso Kimberley; el desarrollo de un modelo para centralizar el precio de los diamantes en bruto a nivel internacional; y la puesta en marcha de un fondo para financiar a las ONG’s observadoras más pobres.
Estas tres propuestas han sido “muy bien acogidas” por la asamblea general que el Proceso Kimberley celebró en Dubai la semana pasada pero, como ocurre con cuestiones que tienen que poner de acuerdo a un amplio número de países y organizaciones, se dejan para ser “estudiadas a lo largo del próximo año”.
Las tres grandes propuestas tendrán que esperar
La labor al frente del Proceso de Sulayem tampoco ha estado excluida de polémicas. La más importante, el boicot sufrido durante todo el año por la llamada Sociedad Civil, un conjunto de 11 ONG’s miembros del Proceso que han expresado así su malestar por las malas prácticas en el comercio de diamantes de Emiratos Árabes.
El Plenario de Kimberley anunció que Australia cogerá el testigo en 2017 de la presidencia del Proceso y la Unión Europea asumirá la vicepresidencia lo que significa que, debido al funcionamiento de esta organización, Europa estará al frente del Proceso Kimberley en 2018.