Según el informe que acaba de publicar la Oficina de Armonización del Mercado Interior (OAMI) el sector deja de ingresar en torno a los 1.900 millones de euros anuales en el conjunto de la Unión Europea debido a las falsificaciones de joyas y relojes, lo que representa el 13,5% del negocio total, mientras que la destrucción de empleos alcanza los 15.000.
Los fabricantes italianos encabezan la producción europea y también las pérdidas por piratería: unos 400 millones de euros anuales. Le siguen Francia (336), Alemania (247) y España con 204 millones y 1.560 empleos perdidos. Sólo estos cuatro países ya suponen dos tercios de la producción total.
La Hacienda pública también 'sufre'
Y eso que el estudio se refiere únicamente a las pérdidas que la venta ilegal les causa a los fabricantes, no al conjunto de distribuidores, minoristas o proveedores. Si se tiene en cuenta a toda la industria relacionada habría que sumar 1.600 millones más, y cerca de 29.000 empleos en total. Las Arcas Públicas también dejan de ingresar en torno a los 600 millones de euros anuales por esta práctica.
El problema se agrava si tenemos en cuenta la estructura de esta industria en Europa, ya que "en su mayoría está compuesta por pequeñas empresas" como explica el presidente de la OAMI, Antonio Campinos. Este pequeño tamaño les resta poder para ejercer acciones legales a largo plazo, ya que las denuncias por plagio y vulneración de derechos de autor resultan complejas y costosas.