Entonces me vino a la memoria algún que otro seminario al que asistí, años ha, que disertaban sobre este tema. Un problema, no solamente para los pequeños, sino también para los grandes como Loewe o Cartier, que luchaban y luchan desde hace años contra el pirateo de más o menos nivel, sin éxito.
Aunque en países como Francia se toma este asunto mucho más en serio, hasta el punto de multar también al consumidor que adquiere copias a más bajo precio, tampoco son capaces de erradicar este problema por completo.
Y yo me pregunto, ¿qué nos pasa a los consumidores? ¿Por qué vemos el hecho de comprar plagios no como un delito, sino como una bagatela sin mayores consecuencias? Recuerdo un viaje organizado por profesores universitarios a China, hace años, donde se insistió al guía de turno en que hiciera una parada obligatoria y extensa, para cumplir con el deseo propio (y los encargos de amigos y familiares) y llenar la maleta con toda una serie de artículos copiados, con más o menos maña. Pero no hace falta viajar hasta China, los “top mantas” nos lo ofrecen a diario delante de nuestras casas.
Esto referente a las copias “puras y duras”, pero ¿qué hay de los plagios que llevan incorporado un pequeño cambio? Un cambio que puede ser en el color o el ancho de una sortija, el largo de un collar, con otras piedras, etc. y con una hechura mucho más endeble y por tanto más barato. ¿Esto ya no se considera copia?
¿Qué pasa con todas esas personas y empresas que, a falta de imaginación y creatividad, se dedican a sacar provecho del trabajo intelectual de otros? Sin sentir por ello el más mínimo remordimiento. Los vemos en las ferias haciendo fotos a escondidas de las piezas más novedosas, o copiar y presumir posteriormente como autor de un trabajo de campo, que ha realizado otro.
Al fin al cabo todo es cuestión de marketing y ¿quién se anima a llevar a juicio al plagiador con la consiguiente inversión de tiempo y dinero? Mejor desarrollar una nueva idea ……y vuelta a empezar. Siempre habrá un listillo experimentado en el copy and paste y a todos los niveles.
Erika Kunglewitz es la presidenta de la Asociación de Tasadores de Alhajas.