Se trata de una entidad que pretende ejercer de lobby de esta nueva industria a la manera que el Consejo Mundial del Diamante lo hace para las piedras naturales y que, según sus fundadores, quiere "ser una plataforma que de salida a las demandas del sector en materia de comunicación, consultoría legal y formación".
El Consejo busca "establecer una voz unificada para maximizar el crecimiento de los diamantes creados en laboratorio", aseguran sus responsables, lanzando una serie de iniciativas --sobre todo a través de internet y las redes sociales-- enfocadas al mercado minorista y al público final.
Una de sus tareas más urgentes, aseguran, es clarificar, "a través de entidades independientes" la espinosa cuestión de la sostenibilidad de esta industria, puesta en duda recientemente por su 'némesis' la Asociación de Productores de Diamantes, en un informe en el que aseguraban que esta industria triplica las emisiones contaminantes de la minería de diamantes.