Se llama lonsdaleíta y tiene su equivalente en la naturaleza, aunque está únicamente asociada a impactos de meteoritos
Científicos de una Universidad australiana han logrado producir, a escala nanométrica, un diamante sintético con una dureza hasta un 58% superior a la de los naturales. El secreto se debe a su estructura cristalina hexagonal, en lugar de la cúbica que poseen los diamantes naturales y los sintéticos convencionales.