Frederique Constant desvela una evolución rara y refinada de su Tourbillon Manufactura: una esfera de nácar natural, albergada en una caja de oro blanco de 18 quilates. La inesperada combinación de tourbillon y nácar crea una sutil y cálida armonía, realzando suaves tonos grises y azules que acentúan la pureza de la caja, el brillo de los índices aplicados a mano, los tornillos azulados del tourbillon con escape de silicio y el brillo siempre cambiante del nácar.
Con sólo 39 mm, este reloj arroja nueva luz sobre la prestigiosa complicación de la Maison ginebrina, introducida en 2008 y accionada por el calibre FC-980. Un reloj radiante y luminoso de carácter excepcional, limitado a 36 ejemplares numerados individualmente.
Más detalles
Esta pieza, una creación rara y preciosa, está destinada sólo a unos pocos coleccionistas selectos, aquellos que se salen de los caminos trillados y abrazan los atrevidos contrastes cromáticos. El nácar, con su nobleza natural, llega al corazón y despierta emociones. En constante cambio con la luz, nunca idéntico, nunca totalmente plano, fascina por su profundidad y vitalidad.
Cada una de las 36 piezas de la serie Classic Tourbillon Manufacture es única y está debidamente numerada. Los reflejos de la esfera se hacen eco de la magia del tourbillon de manufactura siempre giratorio. Completando una revolución cada 60 segundos, la aguja central unida al tourbillon indica los segundos mientras recorre una compleja arquitectura de tornillos azulados, biseles pulidos y puentes acabados con pulido satinado o espejo, cumpliendo los más altos estándares de la Alta Relojería suiza.