www.goldandtime.org

JOYAS CON HISTORIAS

La Dama de Cao: joyas y tatuajes como símbolo de poder en la América precolombina
Ampliar

La Dama de Cao: joyas y tatuajes como símbolo de poder en la América precolombina

miércoles 13 de enero de 2021, 07:00h
Elena Almirall
Elena Almirall
Por Elena Almirall | El descubrimiento arqueológico de una tumba intacta siempre supone un avance para el estudio de las civilizaciones antiguas, pero el de la Dama de Cao significó, además, un grandísimo cambio en las teorías sobre el rol de la mujer en el Perú precolombino, concretamente en la cultura moche.

Los moches o mochicas fueron una civilización politeísta, eminentemente agrícola, que ocupó la costa norte de Perú aproximadamente entre el 200 y el 850 d.C., momento en que se produjo su colapso. Fue una sociedad teocrática, fuertemente estratificada, en la que no existió realmente un gobierno centralizado sino diversas unidades independientes, vinculadas por un mismo horizonte cultural. Dichos señoríos estaban gobernados por sacerdotes-guerreros como el famoso Señor de Sipán.

Entre los aspectos artísticos más relevantes de esta cultura destacan el tejido, la arquitectura monumental y sus murales -cuyas construcciones más notables son la Huaca del Sol y la Huaca de la Luna en el valle de Moche, reflejo de la dualidad mística de su cosmovisión- y, sobre todo, la cerámica, en la que abundan las escenas explícitamente sexuales.

En cuanto a la orfebrería, que alcanzó un desarrollo sorprendente, se caracterizan por la utilización del cobre para la fabricación de armas, herramientas y objetos ornamentales, y del oro, la plata y la tumbaga (aleación de oro y cobre muy habitual en la América precolombina) para sus alhajas, empleando diferentes técnicas de joyería, como el laminado, el martillado, el repujado, la soldadura, etc.

Ornamentos para decorar la nariz (Narigueras)

Igualmente, destaca la importancia de la concha spondylus, que fue utilizada junto con gemas como la turquesa o la sodalita para crear fabulosos micro-mosaicos. Además, algunas joyas, como las orejeras, las narigueras y los frontales o tocados, que se colocaban en la cabeza a modo de corona, fueron símbolos de poder y, en su iconografía, a menudo se representaron animales que ellos consideraban intermediarios entre los diferentes mundos: el celestial, el terrenal y el inframundo.

En el año 2006, el arqueólogo Régulo Franco descubrió, en la Huaca de Cao Viejo, del sitio arqueológico El Brujo (cerca de Trujillo, Perú), la tumba intacta de una mujer momificada que, dada la riqueza de su ajuar funerario, se hizo evidente que había disfrutado de un alto estatus dentro de la sociedad moche. Los restos de la mujer, que medía 1,45 metros de altura y tenía alrededor de 25 años, estaban cubiertos por 18 collares de oro, plata, lapislázuli, cuarzo y turquesa, treinta adornos de nariz de oro y plata, diademas y coronas de cobre dorado.

Además, sorprendentemente, se veían todavía en su cuerpo los restos de diferentes tatuajes en brazos y pies, que podrían ser indicativos de sus dotes como adivina, representando varios animales: serpientes, hipocampos, arañas, jaguares, mariposas, etc., así como otros elementos mágicos, a los que los mochicas atribuían poderes sobrenaturales. En la tumba se encontraron también otros símbolos de autoridad: una armadura de 1.100 piezas de cobre dorado, diferentes armas, varios cetros de madera forrados también de cobre y utilizados en las ceremonias como objetos de mando y hegemonía, así como cuatro acompañantes, entre ellos una adolescente estrangulada.

Todo ello hizo que los investigadores llegaran a la conclusión de que la mujer, que habría muerto por complicaciones postparto alrededor del año 400 d.C., había tenido el rango de gobernante y había sido considerada prácticamente una divinidad, pues un entierro de estas características solo era comparable con el del Señor de Sipán, gobernante del valle de Lambayeque.

Tocado encontrado en el enterramiento

El hallazgo de esta momia, que estaba perfectamente conservada porque había sido embadurnada con cinabrio (sulfuro de mercurio), fue fundamental para comprender en profundidad la sociedad mochica y cambió completamente la visión del Perú precolombino, pues se descubrió que la mujer, a diferencia de lo que se creía hasta entonces, pudo ocupar también un lugar prioritario en dicha civilización, llegando a alcanzar el máximo poder.

Previamente, se habían encontrado tumbas de mujeres pertenecientes a la élite (San José Moro) pero habían sido consideradas solamente sacerdotisas. Fue un hecho extraordinario encontrar a la Dama o Señora de Cao, líder religiosa, curandera, adivina y, además, gobernante del valle de Chicama, perteneciente a la cultura mochica y considerada, hoy en día, la primera mujer gobernante de la América precolombina.

Lo fascinante de la Historia es que nunca se termina de aprender pues, en la actualidad, se sigue investigando el rol de la mujer en esta zona gracias a que, en octubre de 2011, se descubrió otra tumba, la de la sacerdotisa de Chornancap, cuyo ajuar funerario evidenciaba que había ejercido también el rol de gobernante, en este caso, de lacultura Lambayeque, en el siglo XIII d.C. Esperemos que futuros descubrimientos nos sigan aportando pistas para poder saber cada vez más, para poder comprender cada vez más.

Elena Almirall Arnal es Gemóloga, Tasadora y doctora en Historia por la Universidad de Barcelona. Además acaba de estrenar su propia web dedicada a la formación y la cultura: www.todoesarte.com


Otros artículos de la sección Joyas con Historias

Coco Chanel y las fíbulas aquiliformes visigodas