No hace mucho tiempo, en la pasada edición de la feria de joyería de Estambul, tuve la oportunidad de charlar con ella en un agradable encuentro fortuito en el que me contó, a grandes rasgos, su camino hasta reencontrarse con las gemas –una afición desde la infancia-- y que arrancó profesionalmente en el año 2014 en Chanthaburi, en el gran mercado internacional de Tailandia.
Procedente de un sector totalmente ajeno a la joyería, Generoso ha ampliado en todo este tiempo su formación como gemóloga en el Instituto Gemológico Español, en la Federación europea (FEEG) y cuenta con varias especialidades avaladas también por el HRD de Amberes y la AIGS.
Pero el salto a la notoriedad pública lo dio el año pasado con un descubrimiento mundial de primera magnitud: tras un viaje a Jaipur, los vendedores ofrecieron a la gemóloga una variedad azulada de ópalo que no había visto nunca hasta entonces.
Muchos me preguntan porque tengo gemas de tan buena calidad a unos precios tan baratos: yo voy directamente a la fuente, con lo que me salto a más de cuatro intermediarios y además adquiero mucho volumen
Pese a sospechar que podría tratarse de gemas teñidas, Generoso las adquirió debido a su belleza pero tras diversas consultas a gemólogos e instituciones de prestigio en Europa y América se pudo validar que se trataba de una variedad de ópalo desconocido hasta la fecha y además podía 'bautizarla': Así fue como nació la Generosita, la gema que lleva su nombre.
A Elisa Generoso la podemos encontrar buscando gemas desde Chanthaburi o Sri Lanka, hasta Estambul, pasando por Amberes y otros centros de referencia mundiales en la producción y venta de gemas naturales pero también mucho más cerca: en su tienda de la calle Montera y también la próxima semana, a partir del jueves, en el stand 6B24 de la feria Madrid Joya.