Según nos explican desde el sector, "los equilibrios económicos cambiantes, las estrategias tradicionales de promoción y comercialización se están volviendo obsoletas y muchas otras razones hacen que los grandes relojeros rompan sus rutinas y desarrollen nuevas estrategias".
Y lo cierto es que también este movimiento muestra lo que muchos consideran el "gran error" de la feria de Basilea: Llevar el evento hasta finales de abril y comienzos de mayo, uniéndolo además al Salón Internacional de la Alta Relojería de Ginebra.
Esto ha provocado la salida de algunas de las marcas más relevantes del mercado, como Swatch, pero también de otras menos conocidas y que no entienden la tardanza de la cita. Además, con dos semanas de eventos, muchos clientes y distribuidores de otros continentes tampoco ven la mejora en enviar a sus directivos dos semanas a Suiza.