Las piedras tenían un tamaño de entre 3 y 4,65 mm y un peso total en torno a los 100 quilates, con un valor estimado de 73.000 euros. Los compró un despacho de Madrid a una solvente firma de Amberes como naturales —así aparecía en la factura de compra a la que tuvo acceso el IGE— pero nada más lejos de la realidad.
Fosforescencia de diamantes sintéticos HPHT a la luz UV de onda corta. Este lote presenta diferentes colores de fosforescencia, del azul a anaranjado. En la imagen derecha, fosforescencia de diamantes sintéticos HPHT de otro lote a la luz UV de onda corta. Fotos: Egor Gavrilenko | IGE.
Gracias a su experiencia y su formación, los compradores percibieron que muchos de esos diamantes presentaban características típicas de los sintéticos HPHT (inclusiones metálicas, magnetismo, fosforescencia a la luz UV corta… etc) e inmediatamente entregaron los lotes al IGE para su análisis.
Las piedras tenían un tamaño de entre 3 y 4,65 mm y un peso total en torno a los 100 quilates, con un valor estimado de 73.000 euros
En el Laboratorio del IGE que dirige Egor Gavrilenko, los diamantes de cada lote fueron separados entre naturales y sintéticos, aplicando métodos analíticos como microscopía, espectroscopía de fluorescencia (EXA), fosforescencia, FTIR, Raman-PL o DiamondView, entre otros.
Como explica Gavrilenko “todos los diamantes sintéticos correspondían al método HPHT (fabricados a alta presión y temperatura) y tenían muy buen color y pureza media a alta”. “Como característica más llamativa” añade, todos los diamantes sintéticos “presentaban una fuerte fosforescencia a la luz ultravioleta corta”.
Este caso alarmante sirve de recordatorio de la necesidad del control de calidad de materiales gemológicos en cada fase de la cadena del mercado, especialmente para los diamantes sintéticos, ya que incluso la procedencia potencialmente no sospechosa puede albergar sorpresas muy desagradables.
Para acceder al análisis completo: www.ige.org