Una cifra impulsada por los excelentes resultados de las joyas de María Antonieta, aunque muy por debajo de los 551 millones de dólares con los que finalizó el ejercicio 2017.
Y es que las subastas de las joyas de Borbón-Parma, celebrada el pasado mes de noviembre y que se saldaron con unos ingresos de 53,1 millones de dólares no fueron suficientes para igualar los resultados del año pasado, cuando se vendieron piezas como el fabuloso diamante Pink Star, que por sí solo ya recaudó 71,2 millones de dólares.
Los diamantes azules, protagonistas
Algunos de los hitos de este año para la casa han sido la venta de un diamante azul de 3,47 quilates en talla esmeralda que se saldó por 6,7 millones de dólares y superando en mucho las estimaciones que la situaban entre los 2 y los 2,5 millones.
Con esta venta se registra un nuevo récord para un diamante azul, con 1,9 millones de dólares por quilate, según la casa de subastas.
Otra gema, también azul y de 6,16 quilates que otrora perteneció a la nobleza española se vendió en mayo “tras una dura pugna presencial y telefónica” según la sala de subastas, que elevó su precio hasta los 5,6 millones tras una estimación inicial entre los 2,9 y 4,1 millones de dólares.