Si hasta ahora los reguladores se han centrado en controlar los diamantes y metales preciosos para evitar el ‘abuso’ a los pequeños productores y su entrada en el mercado negro “es hora de que se incorporen las gemas de colores”, aseguraba este pasado fin de semana Gaetano Cavalieri, el presidente de la Confederación Internacional de Joyería (CIBJO), durante la celebración en Bogotá del II Simposio Mundial de la Esmeralda.
Sin embargo, Cavalieri considera “poco probable que en el futuro se establezca un único organismo regulador para el sector de las piedras de color, como el Proceso de Kimberley”, por lo que aboga por la introducción de ‘puntos de referencia’ supervisados por las administraciones.
Es decir, se trataría de lugares en los que pasan las mercancías durante el envío. Este sistema beneficiaría a los gobiernos al crear vías legales para los mineros artesanales, permitiéndoles ingresar a la cadena de distribución legítima en lugar de recurrir al mercado negro, desgranó el presidente de CIBJO.
Similitudes con el Proceso de Kimberley para los diamantes
Esos reguladores serían similares a las autoridades nacionales del Proceso de Kimberley que actualmente verifican las importaciones de diamantes en cada jurisdicción, explicó Cavalieri, quien asegura que “varias naciones ya están interesadas en la idea”.
No obstante Cavalieri apela a la voluntad: “Si el comercio y el gobierno cooperan, país por país, puede ser posible establecer una multitud de puntos clave que puedan verificar y certificar la integridad de las piedras preciosas en sus respectivas regiones de jurisdicción".