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NOMENCLATURA DE RUBÍES Y ZAFIROS

La armonización de colores sangre de pichón y azul real tendrá que esperar

viernes 28 de octubre de 2016, 07:00h
Los  responsables de la Comisión de Gemología y de Piedras de Color de CIBJO, durante el Congreso.
Los responsables de la Comisión de Gemología y de Piedras de Color de CIBJO, durante el Congreso.
Como todos los gemólogos y joyeros experimentados saben, piedras como zafiros y rubíes no cuentan con una convención internacional que determine de modo científico su graduación de color. En el caso de esas gemas se tienen como máximos exponentes los colores rojo ‘sangre de pichón’ y azul ‘real’, pero los expertos coinciden en que se trata de valoraciones subjetivas que no hacen sino añadir confusión al mercado.

La Confederación Joyera Internacional (CIBJO) está abordando estos días, en el Congreso Anual que celebran en Armenia, la perspectiva de diferentes laboratorios y de su Comisión de Piedras de Color para arrojar luz y alcanzar algún tipo de conclusiones con las que se puedan armonizar estos criterios pero todo indica que, de momento, cada certificador seguirá haciendo la ‘guerra’ por su cuenta.

En el encuentro se celebró una sesión especial para abordar las “inconsistencias en los certificados gemológicos de las piedras de color”, centrándose en las cuestiones relativas a los rubíes ‘sangre de pichón’ y los zafiros ‘azul real’. El debate fue conducido por el presidente de la Comisión Gemológica de CIBJO, Hanco Zwaan.

Nilam Alaween, presidente de la Comisión de Piedras de Color de CIBJO destacó que los consumidores creen, erróneamente, que ambas definiciones forman parte de los estándares de la industria o suponen una graduación de calidad de las gemas, cuando no es así. “Los consumidores están sumidos en la confusión porque cada laboratorio tiene sus propios estándares”, aseguraba Alaween.

Tres rubíes catalogados como 'sangre de pichón'. (El color varía por la calidad de la imagen)

“¿Debemos dejar esta situación como está, en un mercado libre donde cada consumidor o joyero decida cuál es la descripción más precisa, o tendremos que implantar una serie de medidas comunes para asegurarnos la confianza de los consumidores?” se preguntaba.

Es necesario recordar que esta percepción del color en ambas gemas es muy antigua, pero no por eso ajustada. Según el experto, el término ‘Sangre de Pichón’ se acuñó probablemente en la región de Mogok, en la antigua Birmania (hoy Myanmar) hace más de 100 años.

El término sangre de pichón se acuñó hace más de cien años en Birmania

En el caso de los zafiros color ‘Azul Real’ el gemólogo sostiene que es un término de origen más confuso y que probablemente partió de algún importador que quiso diferenciarse del resto de competidores, pero recuerda que no existe ninguna justificación científica para esa denominación.

Estos términos han ido afianzándose en los últimos 25 años entre los laboratorios y gemólogos, que los han usado para definir el color pero no la calidad de las piedras. “¿Se trata de una descripción de su belleza?” Se pregunta. “Es una cuestión muy subjetiva y por eso todos pueden tener razón. Depende también bajo qué luz se vea en cada país”.

El experto explicó también que en una búsqueda de los colores Pantone encontró una amplia variedad cromática de azules ‘Real’, pero ninguna de rojo ‘Sangre de Pichón’.

Otros tres ejemplos, en este caso de zafiros certificados por el GIA como 'royal blue'. El del centro es 'dark royal blue'.

Alaween recuerda que su objetivo no es “atacar” a los laboratorios gemológicos que, en su gran mayoría, “hacen un excelente trabajo de certificación”, pero destaca que para mantener la confianza del consumidor debe haber un serio intento de armonizar y separar el rigor científico de las opiniones subjetivas en las descripciones de color de los laboratorios.

La perspectiva de los laboratorios

Desde el laboratorio suizo SSEF, que el año pasado unificó con Gubelin sus tablas de color para rubíes y zafiros, explicaron en la mesa redonda que “cada laboratorio debe crear sus propios estándares internos y que, a su vez, estos tienen que ser armonizados con el resto, a nivel internacional.

La representante del GIA, Shane Mc Clure, recordó que en estas definiciones tiene mucho que ver el origen de las piedras. Es decir, que los rubíes procedentes de Birmania suelen tener, por defecto, mejores graduaciones por el simple hecho de tener ese origen, pero esto no necesariamente es así y, de hecho, en muchos casos deberían ser inferiores.

Los rubíes de Birmania tienen mejores graduaciones, sin que sea necesariamente así

Uno de los problemas que también generan estas distorsiones es la gran diferencia entre la capacitación y experiencia de los gemólogos en los laboratorios, así como el tipo de equipamiento que emplean. Esta es una cuestión definitiva a la hora de certificar una gema cuando además entra en juego la subjetividad de quien la observa.

Y entre las propuestas que destacan desde el GIA, que también compartió la representante del Instituto Gemológico de Tailandia estaría la opción de crear una tabla homologada a nivel internacional de piedras maestras para los rubíes y zafiros. Muchos laboratorios ya las usan, pero estas no necesariamente coinciden otras. Así que… ¿quién le pone el cascabel al gato?