La tecnología blockchain incluye a todos los agentes involucrados y a cada una de las partes que constituyen la cadena de valor de un diamante, “promoviendo la transparencia, autentificando el origen y procedencia de los diamantes y asegurando que cada uno de los procesos ha estado sujeto a prácticas sostenibles y éticas” aseguran desde la firma.
“El desarrollo en tecnologías digitales ha hecho posible que hoy en día, y por primera vez en la historia, sea posible conocer el origen y la trazabilidad del diamante” añaden. Cada diamante contiene un número identificativo con el que el consumidor podrá descubrir por si mismo la historia de su diamante.
Cada nueva información y movimiento que el diamante va adquiriendo a lo largo de la cadena de valor, se registra en el blockchain, una cadena de información ubicada en diferentes localizaciones, en la denominada ‘nube’. El objetivo de esta tecnología es evitar errores y prácticas fraudulentas con la manipulación de la información.
¿Qué información contiene para el consumidor?
Imágenes del diamante; desde la piedra en bruto, pasando por su proceso de pulido hasta la joya final. El certificado del proceso de Kimberley, asegurando que dicho diamante ha sido producido de acuerdo a prácticas éticas y sostenibles.
También su certificación por la GIA, así como Información sobre cada uno de los agentes involucrados y procesos de la cadena de valor e información vital de dicho diamante como la talla, el color o la pureza.