Apenas apagados los rescoldos del incendio que el pasado lunes asoló la catedral de Notre Dame y el presidente francés Emmanuel Macron ya ha fijado en cinco años el plazo para reconstruir el monumento. Por falta de financiación seguro que no va a ser si se materializan los más de 700 millones de euros que hasta ahora han prometido algunas grandes empresas, entre las que se encuentran los gigantes del lujo LVMH y Kering.
La destrucción de este tesoro artístico ha puesto en marcha una campaña de solidaridad multimillonaria y la cifra más generosa hasta la fecha procede grupo Louis Vuitton Moët Hennessy (LVMH). Su presidente, Bernard Arnault, ha anunciado 200 millones de euros para reconstruir esta “extraordinaria catedral, símbolo de Francia, de su patrimonio y de su unidad” según el comunicado que pocas horas después del siniestro emitía el grupo galo.
LVMH y Kering anuncian 300 millones de euros para financiar la rehabilitación de la catedral parisina
A esta cantidad económica se sumaría también la puesta a disposición de las autoridades de “creativos, arquitectos y financieros para el largo trabajo de reconstrucción” aseguran desde el conglomerado, que el año pasado facturó casi 48.000 millones de euros, un 10% más que en el ejercicio precedente, y obtuvo un beneficio neto de 6.354 millones de euros.
No menos generosa, aunque reducida a 100 millones de euros, ha sido también la cifra anunciada por el presidente del grupo francés Kering (Gucci, Boucheron, Girard-Perregaux) François-Henri Pinault para ayudar a “dar un nuevo impulso lo más rápido posible a esta joya de nuestro patrimonio”, señalaba el directivo.
