www.goldandtime.org

La blockchain de las gemas

miércoles 09 de mayo de 2018, 07:00h

Por Miguel Ángel Pellicer | Recientemente, en el mundo de la Gemología se viene citando la palabra blockchain, que se podría traducir del inglés algo así como 'cadena de bloques'. Y, aunque no se conoce con exactitud cuál es su verdadero significado, sí que se intuye una futura gran influencia en el ámbito del comercio de gemas.

Miguel Ángel Pellicer
Miguel Ángel Pellicer

En realidad se trata de una base de datos en la que se pretenden recoger todas las incidencias que puedan tener lugar en una gema individual, abarcando desde su extracción, talla y hasta su comercialización.

La filosofía, guardando las distancias, vendría a ser la misma que la de las monedas virtuales, como por ejemplo el bitcoin. Esta enorme y completa base de datos estaría registrada de forma informática en multitud de servidores que la podría compartir para todos los usuarios que tuvieran acceso a esta información.

La idea parece magnífica. De hecho, De Beers ya anunció el año pasado la creación de una plataforma de blockchain para integrar en ella los datos de más de un millón de diamantes (con más de 40 datos de cada una de estas gemas). En otras palabras, estaba creando una especie de documento de identidad para cada uno de los diamantes, y esta base de datos se podría hacer además extensible a otras gemas. Otras instituciones también se están incorporando ya a esta idea, como el Instituto Suizo de Gemología Gubelin, o la también firma minera rusa ALROSA.

Solo podría ponérsele un pequeño 'pero': Mientras que en el documento de identidad se encuentra la huella digital de cada persona (aunque ahora no sea visible, está) ¿cuál es la equivalente huella digital en cada una de las gemas que hace posible su individualización?

El denominador común

Es decir, ¿qué liga la blockchain a cada gema? Alguien podría decir que las inclusiones pero, ¿y sí la gema está limpia? Entonces habría que analizar lo que se han llamado los oligoelementos que están formando parte de su composición química, y que tienen mucho que ver con el entorno geológico en el que se han formado.

En otros casos serán diferentes propiedades las que darán esa clave. Especialmente en el caso de los diamantes, en los que la huella geográfica es difícil de detectar. Lo que después cada intermediario vaya añadiendo a cada gema supondrá un dato más en su recorrido final hasta el consumidor.

Por otro lado, otras instituciones como la GIA norteamericana ya llevan tiempo invertido en lo que se podría denominar como 'Gemología de Campo'. Es decir, sus expertos se desplazan a los depósitos de gemas, las recogen in situ ellos mismos y, posteriormente, las analizan en sus laboratorios de forma general y buscando aquella característica que en un momento dado haga las veces de huella digital de la gema.

De esta forma están creando una base de datos identificativos de las gemas, pudiéndolas diferenciar ya no sólo por su origen geográfico, sino también a nivel individual. Efectivamente, se va a un conocimiento más completo la gema con claro beneficio para el consumidor final pero, ¿esto será gratuito?

Miguel Ángel Pellicer. Gemólogo de la Universidad de Zaragoza y presidente de la Asociación Gemológica AGEDA Aragón.