La historia de este desencuentro arranca a finales de 2007 con un acuerdo de cooperación prometedor, según el cual ambas empresas habrían convenido desarrollar el proceso íntegro de negocio (diseñar, crear y distribuir) de manera conjunta los relojes producidos.
En este proceso y en base de los compromisos firmados,
Grupo Swatch habría invertido millones para desarrollar, distribuir y vender relojes Tiffany en sus establecimientos y en su red mundial de minoristas independientes. Pero antes de que se lanzara la nueva gama de relojes, la compañía norteamericana decidió dar marcha atrás y retirarse del proceso, por lo que
Swatch le acabó reclamando hasta 3.800 millones de francos suizos (3.500 millones de euros) por toda la inversión material y personal realizada hasta esa fecha.
‘Errores de forma’ en el arbitrajeEn primera instancia,
un Tribunal de arbitraje ordenó a Tiffany en diciembre de 2013 pagar a Swatch 402 millones de francos suizos por daños y prejuicios sobre el proyecto de producción y comercialización de relojes pero, posteriormente, un tribunal holandés anuló ese fallo en 2015 debido al recurso de Tiffany argumentando “errores formales” durante el proceso.
Tras el nuevo recurso de la compañía relojera, ahora la Justicia holandesa falla a favor de Swatch y estima que el grupo merecía una compensación por parte del fabricante estadounidense. Según la sentencia,
"Swatch estaba convencido de que el laudo arbitral del 21 de diciembre de 2013 fue emitido correctamente y no contenía error formal” explican desde el grupo suizo.
No obstante,
la odisea judicial aún está lejos de acabarse puesto que aún cabe recurso contra esta sentencia del tribunal holandés y, según fuentes de Tiffany, están dispuestos de seguir litigando, por lo que es muy posible que la sentencia definitiva no se conozca hasta el año que viene o, incluso, en 2019.