Entrevistamos a la directora del III Congreso Europeo de Joyería

¿Cómo nace la iniciativa en el MNAC de dar continuidad al Congreso Europeo de Joyería?
La conservadora de joyería del Museo del Traje de Madrid, María Antonia Herradón, organizadora de las ediciones anteriores y con quien coincidí en Madrid, lanzó el guante de organizar un tercer congreso en el Museu Nacional, iniciativa a la que nos hemos acogido con entusiasmo.

El Congreso tiene como objetivo "impulsar a la joyería como disciplina académica" ¿Por qué sigue sin ocupar actualmente un lugar destacado en este campo?
Efectivamente, la joyería no es una disciplina de estudio preferente en las Universidades y por ello confiamos en que iniciativas como este congreso puedan contribuir a fomentar y dar salida a investigaciones dedicadas a este ámbito.

¿Cuál está siendo la respuesta de los participantes? ¿Qué asistencia prevén?
La respuesta está siendo, por ahora, muy positiva. Cuando lanzamos la llamada de comunicaciones (CFP), enseguida empezamos a recibir muchísimas propuestas procedentes del ámbito universitario, museístico, de la gemología, escuelas de diseño, de perfil nacional e internacional. Las inscripciones para asistir al congreso todavía no se han cerrado y ya contamos con un amplio abanico de público compuesto por historiadores, estudiantes, diseñadores, joyeros, gemólogos, fabricantes, etc.

¿Cree que una mayor implicación del sector privado sería beneficiosa para sus resultados económicos?
Sin duda alguna, el conocimiento histórico y artístico de la joyería, la técnica y la evolución de sus diseños a lo largo de los siglos, puede revertir en positivo en la calidad de las producciones de las firmas joyeras.

La joya ha estado vinculada al arte y a la cultura prácticamente desde el ‘inicio los tiempos’ ¿Cree que eso sigue ocurriendo en la actualidad, u hoy en día se ha convertido más en un objeto comercial, perdiendo esa entidad que la ha caracterizado históricamente?
Las joyas forman parte de la cultura material del inicio de los tiempos y a través de las vicisitudes ha ido transformando su rol. Independientemente de su función como objeto de comercio o de la banalización imperante en nuestra sociedad actual, no hay que olvidar que la creatividad y el estatus simbólico es un motor infinito, universal que no tiene fecha de caducidad y que también renace en el mundo de la joya.

Desde el punto de vista de la fabricación y el comercio de joyería, ¿Qué puede aportar el impulso de la joyería como disciplina académica como busca este Congreso?
El estudio y mejor conocimiento de la joya desde un punto de vista histórico y artístico puede favorecer al fabricante que su objeto de comercio tenga una mayor calidad, extremo del que ya se percataron los diversos estamentos públicos y privados a finales de siglo y principios del XX, cuando se inicia el modernismo, inmerso siempre en una polémica acerca de las relaciones entre el arte y la industria.

*Accede al programa completo del Congreso, a través de este enlace.