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Juan Carlos I regaló a Corinna dos esmeraldas de 250.000 euros

Las piedras preciosas se rompieron al intentar convertirlas en pendientes en un taller en Bélgica

jueves 04 de mayo de 2023, 07:00h

El libro ‘King Corp. El imperio nunca contado de Juan Carlos I’, de José María Olmo y David Fernández, revela que Juan Carlos I habría regalado en 2011 a su examante Corinna Larsen dos esmeraldas colombianas valoradas en 250.000 euros, con el propósito de retomar su relación.

Las piedras preciosas, que se definen como “de un color verde brillante, una pureza extrema y forma de lágrima” fueron compradas en la joyería madrileña Aldao, una de las principales proveedoras de relojes y joyas de la casa real desde hace años. Además, ambas eran prácticamente idénticas, por lo que se trata de piedras únicas en todo el mundo.

Según explica la nueva obra de la editorial Libros del K.O., Corinna decidió engarzar las esmeraldas en una estructura sencilla que permitiera convertirlas en pendientes y para ello pidió consejo a una amiga estadounidense dedicada al diseño de joyas, Tracey Espy-Hejailan, para evitar que las piedras, extremadamente frágiles, se quebraran durante el proceso. Ambas acordaron enviar las piedras al taller de una de las mejores joyerías del mundo, Gembel Company, de la ciudad de Amberes, Bélgica, para que un experto las transformara en pendientes.

Sin embargo, desde el taller de la compañía informaron de que, durante el proceso de engarce de las esmeraldas, una de ellas se había quebrado por su extremo más débil, partiéndose en pequeñas porciones.

Por ello, la joyería de Amberes ofreció a Corinna dos posibilidades: pulir el desperfecto, lo que implicaba eliminar la misma proporción en la gema que seguía intacta para que continuasen siendo idénticas; o sustituir las dos esmeraldas por otras de la misma calidad y con la misma forma.

En ambos casos, el seguro de Gembel Company se haría cargo de los desperfectos pero, para ir adelantando la ejecución de la póliza, el taller belga solicitó a Corinna que aportara la factura de la compra de las esmeraldas en Aldao. El precio pagado en el establecimiento serviría para calcular el importe de los daños y la correspondiente indemnización.

El proceso no fue fácil, pues Juan Carlos había comprado las piezas sin dejar ningún tipo de rastro material. Así que optaron por volver a tallar las piedras originales.

Safari en Botsuana

Tan solo mes y medio después se produjo la caída de Juan Carlos I en Botsuana y su popularidad comenzó a caer, su relación con Corinna salió a la luz, y tanto ella como su hijo Alexander fueron invitados a marcharse de España. Ante la aparición de nuevas prioridades, las esmeraldas quedaron olvidadas en el taller de Amberes.

Tal y como continúa explicando el libro, no se produjo ninguna novedad hasta octubre de 2015, cuando tras su abdicación Juan Carlos I ordenó a Aldao que recuperara inmediatamente las piedras para poder reintegrarlas a su patrimonio secreto.

El taller de Amberes no se opuso, pero alegó que las joyas solo las podía recoger la amiga de Corinna, que era quien las había entregado. Larsen, por su parte, se negó a devolvérselas al emérito y se desconoce que ocurrió finalmente con las valiosas gemas.