Urano y Neptuno se componen principalmente de nubes densas y calientes de agua, amoníaco y metano. Su temperatura exterior es de unos 3000 grados Fahrenheit y la presión atmosférica es 200.000 veces mayor que la de la Tierra. Se piensa que en el centro de estos mundos hay un núcleo rocoso y duro, donde se estima que la temperatura está cerca de los 12.000 grados Fahrenheit y la presión es aproximadamente 6 millones de veces la presión de la atmósfera terrestre.
Se plantea la hipótesis de que, durante milenios, sus núcleos podrían incluso estar recubiertos por una gruesa capa de diamantes
En condiciones tan cálidas y densas, el estado de estos elementos cambia. La fórmula química del metano es CH4, que representa un átomo de carbono unido a cuatro átomos de hidrógeno. En las nubes de estos gigantes de hielo, las moléculas de metano pueden descomponerse, liberando ese átomo de carbono. Más tarde esos átomos encuentran otros átomos, formando largas cadenas que finalmente forman patrones cristalizados como diamantes.
Las formaciones de diamantes acaban vaporizándose por el calor, en ese momento flotan de regreso a áreas de menos presión y vuelven a repetir el ciclo. “Una lluvia constante de diamantes que atraviesa estos dos mundos gigantes y helados. "Se plantea la hipótesis de que, durante milenios, sus núcleos podrían incluso estar recubiertos por una gruesa capa de diamantes”, mantiene IGI.
Declaraciones
Según el equipo de SLAC (Stanford Linear Accelerator): “Los investigadores simularon el entorno que se encuentra dentro de estos planetas mediante la creación de ondas de choque en plástico con un láser óptico intenso en el instrumento Materia en Condiciones Extremas (MEC) en el láser de electrones libres de rayos X del Laboratorio Nacional Acelerador SLAC, la fuente de luz coherente Linac (LCLS). SLAC es uno de los 10 laboratorios de la Oficina de Ciencias del Departamento de Energía (DOE)”.
“En el experimento, los científicos pudieron ver que casi todos los átomos de carbono del plástico original se incorporaron en pequeñas estructuras de diamante de hasta unos pocos nanómetros de ancho. En Urano y Neptuno, los autores del estudio predicen que los diamantes se volverían mucho más grandes, tal vez de millones de quilates de peso. Los investigadores también creen que es posible que durante miles de años, los diamantes se hundan lentamente a través de las capas de hielo de los planetas y se unan en una capa gruesa alrededor del núcleo”, concluyen.