El sistema de clasificación trabaja en un rango desde los 75 puntos hasta los 100 (de calidad ‘justa’ a calidad ‘excepcional) para describir tres aspectos clave de las piedras: Calidad, Rareza y Excepcionalidad.
Este sistema sólo se empleará por el momento para 16 tipos de gemas. Entre ellas zafiros, rubíes, turmalinas, espinelas, aguamarinas o topacios, aunque no incluye una piedra de peso y tradición en el sector joyero como es la esmeralda.
“Hasta ahora, no existía un lenguaje común para describir las características clave para comunicar la belleza, la calidad o la rareza de una manera consistente” indican desde el laboratorio suizo.
“La Calidad es el factor clave y tiene en cuenta el color, la claridad o transparencia, y el corte. La Rareza incluye el tipo de piedra preciosa, su peso y cualquier tratamiento. La Prominencia o Excepcionalidad describe la singularidad de la piedra” añaden los responsables de Gübelin.
Elimina controversias sobre el origen
Uno de los aspectos que no considera es el origen de las gemas. Así pues, para este sistema no es relevante que se trate de un zafiro de Cachemira o un rubí de Birmania, por ejemplo. La explicación del laboratorio es que "el origen es una marca controvertida y ha obstaculizado las principales cualidades de las piedras preciosas descubiertos más recientemente en países que carecen de un pedigrí famoso, para obtener únicamente el reconocimiento que merecen por su belleza y calidad".
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