Por Chesco Díaz | Si hay un tema candente hoy en día en el 3D, yo diría que es la impresión. Es un momento de ebullición, en el que cada día aparece una impresora nueva en el mercado, en Facebook, en Linkedin, en Aliexpress, en Amazon... ¡Cualquier día las vemos en los centros comerciales!
Y entonces es cuando se plantea la duda: ¿Por qué una vale 250 euros, y la otra 10.000? Lo primero que viene a la cabeza es: “El de 10.000 está sobrevalorado, porque yo he visto que en Facebook, la gente hace las mismas piezas”
Lo segundo es: “Me compro la de 250 euros, aprendo, y si no me va bien, no me he gastado mucho”. El que no haya pensado eso, que tire la primera piedra. Porque eso pasa también con otros aparatos tecnológicos, móviles, smartwach… etc, etc.
No suele pasar tanto con las bicicletas, es curioso, o con las deportivas. Si alguien se aficiona a salir con bicicleta, no se le ocurrirá ir a donde compra la leche a comprar la bicicleta, porque está claro, que aunque parezcan iguales, no lo son. Si empiezo a correr, tengo clarísimo que necesito un buen calzado y voy a unas marcas determinadas, aunque no haga una maratón.
Aún a riesgo de parecer arrogante, voy a expresar mi verdad, que viene dada de mi experiencia profesional. Las impresoras económicas, son muy válidas como hobby. A nivel profesional, la investigación que hay que hacer a nivel de resinas fundibles y la estabilidad de la propia máquina hacen que la inversión en tiempo sea muy alta, y el tiempo, es dinero.
¿Cómo imprime una impresora de LCD/DLP?
Previamente a la impresión, debemos de enviar el archivo en formato STL al programa que preparará las capas de impresión. Lo que hará es dividir nuestras piezas en múltiples capas, de arriba abajo, y las colocará virtualmente en nuestra área de trabajo. Esas capas, crearán unas siluetas que serán proyectadas a partir de una fuente de luz led, a través de un proyector, y solidificarán la resina.
Las piezas se realizan en una plataforma que sube y baja. En la parte inferior está colocada una bandeja con la resina fotosensible en estado líquido (endurece con la luz ultravioleta). La plataforma baja hasta tocar el cristal que protege el proyector. El proyector, láser,o pantalla LCD, proyecta la silueta de la capa, de todas las piezas a la vez, levanta la plataforma para dejar que la resina acabe de endurecer y repite la operación con la siguiente capa.
En esta ocasión me gustaría explicar algunas características de la impresora Asiga, que la definen como una de las mejores opciones del mercado:
• En primer lugar, la proyección de la imagen viene dada por un proyector, que hace mucho más estable la impresión. Una pantalla LCD es perecedera, los píxels se mueren, por tanto, a lo largo del tiempo habrán zonas de la pantalla que no impriman, con el consecuente defecto en la impresión, y además, las pantallas LCD son perecederas, y deben cambiarse al cabo de 1-2 años de uso.
• En segundo lugar, la resolución. Es común, conocer la resolución de la altura de capa en el eje Z. Mucha gente piensa que la resolución de una máquina es esa, y que la correcta es 0.025. Pero a la resolución en XY se le presta poca importancia, ese es el tamaño del pixel. Por encima de 50 micras, se considera que no es una resolución apta para joyería, pues perderemos detalle, y además veremos muchas líneas de crecimiento (las que parecen un mapa topográfico). Asiga ofrece impresoras a partir de 27 micras en XY, siendo optimas las de 43 micras, pues ofrecen una mayor área de trabajo.
• La fuente de luz es normalmente en todas las impresoras DLP/LCD a partir de luces LED. Los LED, bajan de intensidad a lo largo del tiempo, por lo que a medida que este transcurra, necesitaremos aumentar el tiempo de exposición de luz, para que la resina se solidifique de igual manera. Asiga provee a sus máquinas de un radiómetro interno, que regula en todo momento la intensidad de la luz, lo que hace que de manera automática, el tiempo de exposición sea el correcto, sin tener que realizar nada de manera manual.
• En cuarto lugar, cabe destacar el sistema de impresión propio de la marca. La plataforma baja de una manera muy sutil hacia el cristal, donde recibirá la exposición de luz, y la resina se solidificará en la plataforma. Al levantarse la plataforma, para que la resina acabe de solidificarse, se ejerce una fuerza de succión del material con el que imprimimos. Esta fuerza, puede despegar la pieza de la plataforma, pero también es en muchos casos la culpable de que en nuestra pieza se vean las capas de crecimiento. En Asiga, gracias al sistema sps , esa fuerza es controlada gracias a un sistema de medición de esa presión ejercida, que hace que la impresión se realice de forma muy sútil, minimizando el impacto en la pieza, y por tanto minimizando la necesidad de soportes, y las lineas de crecimiento en pieza.
• En quinto lugar, como no, hablaremos de la resina. Hay básicamente 2 tipos de resina: Fundible, y vulcanizable. Dentro de las resinas fundibles, tenemos las resinas que necesitan curación, y las que no la necesitan.
Las que no necesitan curación, suelen tener en su composición una cantidad importante de cera que facilita su calcinación. El proceso de fundición de resina es básicamente Metódico. Gracias a Dios, hoy en día existe mucha documentación al respecto. Siempre y cuando, la resina sea calcinable (osea, fundible) y siguiendo el método: Utilizando el revestimiento adecuado (Plasticast o Omega Prestige, son buenos revestimientos para fundir resina), respetando los tiempos de elaboración de estos, variando nuestra rampa de quemado según especificaciones del fabricante, la resina funde bien.
Es un hecho y no hay por qué negarlo. Eso sí, la resina tiene una limitación importante, somo consecuencia de la expansión del material cuando entra en el horno: Las paredes de revestimiento, que por culpa de la geometría hayan quedado muy finas, reventarán, se desplazarán a lo largo de nuestra pieza, y las encontraremos formando cavernas de yeso en la pieza. Por lo tanto, grabados y taladros finos de engaste, son un problema.
El material Superwax, compatible solamente con impresoras Asiga, tiene un alto porcentaje en cera, el cuál es calcinado a una temperatura muy baja, y permite el licuado, como en las ceras habituales. Por lo tanto, funde con el mismo ciclo, no tenemos que cambiar revestimiento y no expande, no teniendo entonces ese problema, como el resto de resinas.
