En el estudio se cree que las capas de sedimentos ocultan potenciales depósitos de mineral. Por lo tanto, los expertos tomaron muestras de ciertos lugares alrededor de depósitos conocidos de oro, uranio y otros minerales y notaron que la interacción con los sistemas de minerales había dejado rastros distintivos en el agua.
"El agua subterránea penetra a través de los sedimentos que cubre e interactúa directamente con la roca madre, disolviendo pequeñas cantidades de minerales presentes en la solución", asegura Nathan Reid, uno de los investigadores.
"Cuando las rocas subyacentes contienen un valioso depósito de mineral, el 'sabor químico' de esa mineralización se extiende mucho más allá de la mineralización concentrada en sí misma, al igual que una cucharadita de sal puede hacer que un vaso entero de agua tenga un sabor salado" explicaba.
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