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Belén Bajo: Es necesario enviar un mensaje positivo, pero desde el realismo
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Belén Bajo: Es necesario enviar un mensaje positivo, pero desde el realismo

lunes 27 de abril de 2020, 07:00h
Confinada como todos en su domicilio de Madrid, la diseñadora y empresaria Belén Bajo aborda la situación extraordinaria que ha abocado al cierre prácticamente total del Sector Joyero en nuestro país. Aunque la situación es extremadamente complicada, la creadora nos plantea sus propuestas para el retorno a la actividad, con una necesaria dosis de optimismo para el futuro.

La primera pregunta, obligada, ¿cómo está pasando Belén Bajo el confinamiento en el ámbito de lo profesional?

Como todos, tuvimos que cerrar durante este tiempo nuestras oficinas y también ha afectado a la venta a través de internet porque al no poder acceder a nuestras instalaciones no podemos servir por el momento, pese a haber tenido pedidos de particulares. No estamos parados pero las circunstancias impiden poder desarrollar un trabajo que tiene un total componente presencial.

¿Este parón ‘físico’ ha impulsado la demanda online?
Precisamente estamos trabajando en potenciar nuestra web www.belenbajo.com. Estamos haciendo cambios importantes, como por ejemplo traduciéndola al inglés porque creo que ahora sí, la salida al mercado internacional va a ser vital para la supervivencia de muchas empresas. En la web tenemos venta online y justo antes del parón llevamos a cabo una bajada importante de precios, a modo de incentivo, pero justo ahí fue cuando comenzó el estado de alarma. Seguimos teniendo pedidos desde entonces pero no podemos servirlos porque no podemos acudir a nuestras instalaciones. Tampoco la información que nos llega desde las administraciones es demasiado clara.

¿Desde el punto de vista más creativo, cómo afecta este encierro?
Al menos en mi caso afecta mucho. Yo soy creativa por naturaleza; aparte de diseñar joyas dibujo, pinto… etc, pero ahora resulta muy difícil concentrarte como antes. En el fondo estás preocupado por la situación sanitaria, económica, social, y este no es un retiro en el que tienes tiempo para poder crear. Es un encierro obligado y el estar lejos de tu equipo genera también una gran sensación de ansiedad puesto que nuestro modo de trabajo es muy colaborativo.

Además cuando –dentro de las restricciones— sales a la calle para hacer las compras habituales, todo está triste y desolado, es como si hubiera caído una bomba en Madrid. Y qué decir cuando escuchas las noticias, que se debaten entre la tragedia sanitaria y la confrontación política: un horror.


Pensemos en positivo: en seis, siete u ocho semanas, mucha gente habrá tenido tiempo suficiente para pensar en darse darse ese capricho bien merecido.


¿Cómo ves la salida?
Soy optimista y sé que saldremos de esta, pero también hay que ser realista. El precio del oro o el de la plata, por ejemplo, están disparados, lo cual será una desventaja aún mayor. Cuando queramos retomar la actividad además de tener previsiblemente pocos clientes, si el precio de las materias primas sigue al alza va a complicar aún más la situación.
Y en el comercio, por ejemplo, la situación también va a ser muy complicada.

Nosotros tenemos clientes que cuentan con un colchón financiero con el que se van a poder sostener pero también hay otros que viven más en el día a día y no sabes cómo lo van a poder llevar. En todo caso, los negocios de joyería, al ser pequeños locales, podrán asumir los riesgos sanitarios con más facilidad que los grandes, podrán cumplir con los protocolos higiénicos y de seguridad para garantizar las normas básicas en la venta de joyas. De esta forma, sin riesgos, la gente podrá acudir a comprar. Pensemos en positivo: en seis, siete u ocho semanas, ¡mucha gente habrá tenido tiempo suficiente para pensar en darse darse ese capricho bien merecido.

Es decir, que hay que trabajar ahora, en la medida en que se pueda, para prever lo que vendrá después…

Efectivamente, lo único que podemos hacer es seguir invirtiendo tiempo de cara al futuro, pensando en la tienda online, en los nuevos posibles modelos de piezas, en el posicionamiento en redes sociales, y en generar contenidos que transmitan valores positivos para seguir motivando en estos tiempos de tanta incertidumbre.

Ya en materia financiera, en el caso de nuestra empresa, la gran suerte es que no tenemos deuda pendiente y podemos aguantar en esta situación al menos durante un tiempo razonable, hasta que se levante el confinamiento para poder acceder a nuestros lugares de trabajo, que esperemos sea lo antes posible.

Una de sus más recientes colecciones está inspirada en el Art Decó de los años 20 del siglo pasado.

¿Confías en lo que se llama “consumo de venganza” del cliente tras el confinamiento?
Yo creo que mucha gente, el que pueda, va a hacer también un esfuerzo por lo que no soy pesimista del todo. No obstante va a pasar tiempo antes de eso y creo que hasta después del verano las cosas no se van a empezar al menos a volver a su cauce. Pero bien es cierto que nadie sabe es en qué circunstancias va a ser este regreso.

¿Crees que el levantamiento del encierro va a exigir pensar en nuevas formas de trabajo?
Como empresaria soy la responsable de la seguridad de nuestros empleados, y no sólo en el lugar de trabajo, sino que también hay que pensar en la seguridad durante el trayecto hacia nuestra oficina y talleres.

Lo que intentaremos será flexibilizar los horarios para que no tengan que acudir a horas punta, intentar otro ritmo diferente para evitar riesgos. No es imaginable que en un horario punta, como ocurre en Madrid, decenas de miles de personas vuelvan a la normalidad cada mañana utilizando el transporte público sin más. Cuando se levante el confinamiento, desde la administración se tendrá que programar de forma escalada esa vuelta para minimizar los riesgos.


Si algunos nos pusiéramos de acuerdo para que de esta crisis salga algún otro tipo de evento más pequeño, más controlado y más barato para la presentación de joyas, quizá pueda surgir una iniciativa para el año que viene


Es evidente que la recuperación del sector depende de las ventas, pero al mismo tiempo, una gran parte depende de las compras de visitantes extranjeros, ¿cómo lo ves de cara al medio plazo?
Todos los comercios que se encuentran en las costas de Levante, Andalucía, Baleares... etc, dependen especialmente de los turistas internacionales y si se mantienen las limitaciones a la entrada de turistas durante mucho tiempo, la situación puede volverse insostenible para buena parte del comercio. Pero no sólo en las costas. Por ejemplo en Madrid, el turismo chino o norteamericano ha sido, especialmente en los últimos años, una importante fuente de ingresos para la joyería y la relojería. Cuesta imaginar cómo va a regresar esa normalidad con las imposiciones a los viajes desde una y otra parte de las fronteras.

Hablando precisamente de afluencia de viajeros y re-encuentros, ¿cómo ves el panorama ferial en nuestro país?
De cara al mes de septiembre yo lo veo especialmente complicado. Y sobre todo, cuando estamos hablando de citas que suponen el flujo de miles de personas. Por ejemplo en Madrid hay proveedores y fabricantes que están a la expectativa de cómo se desarrollan los acontecimientos para ver qué hacer. Nadie está pensando ahora en invertir en un espacio si no se tiene la certeza de saber con cuántos visitantes y clientes vas a contar.

Pero también pienso en otras alternativas. Es complicado pero si algunos nos pusiéramos de acuerdo para que de esto salga algún otro tipo de evento más pequeño, más controlado y más barato, quizá pueda surgir una iniciativa para el año que viene. A nosotros, por ejemplo, nos fue bien con la convocatoria de la feria Iberjoya Forever en la que encontramos un gran apoyo en la Asociación Nacional de Joyeros y especialmente en su directora, Giovanna Tagliavía. Fue una experiencia mucho más bonita, cercana y personal que una gran feria.

¿O sea, que no descartas la puesta en marcha de iniciativas más ‘cercanas’ que una gran feria sectorial?
No. Podría ser en un hotel, en algún otro espacio con un atractivo diferente que genere más valor añadido en el que, aunque seamos pocos, todos rememos hacia el mismo lado. También es necesario darle más espacio al diseño. Ahora mismo no se le está dando la importancia que necesita y muchas veces el público no demanda esta joyería más personal porque no la conoce.

Al mismo tiempo hay otra parte del minorismo que no acaba de arriesgar por este tipo de joyería que, además de originalidad, tiene una amplia gama de estilos y de precios. Además en España se da una cosa curiosa y es que en muchos casos los creadores prefieren acudir a ferias extranjeras como la de Inhorgenta para, al final, hacer buena parte de sus ventas a comerciantes españoles. El cliente español compra allí porque aquí no hay un espacio que promueva este tipo de joya y es necesario dar a conocer otros estilos de joyería que pueden ser también comerciales. Hay muchos diseñadores independientes que venden online, lo cual demuestra que hay público para eso en nuestro país.