Los representantes de las organizaciones empresariales de los principales fabricantes del mundo cuentan cómo están atravesando esta crisis global y, lo que a todos más nos interesa, qué propuestas tienen para salir de ella con el menor daño posible.
Tal y como muestra en un artículo de opinión, el director general del Gremio de Joyeros de Rusia, Eduard Utkin es tremendamente pesimista con esta situación, que además ha pillado al sector de aquél país en un momento de recesión que ya se venía gestando desde el último trimestre de 2019.
Según Utkin, este mes de marzo ha supuesto una la caída en la venta de joyas de entorno al 97% en el país debido al cierre del comercio, pero se trata de una disminución acumulada: en el cuatro trimestre de 2019 se registraba un retroceso de en torno al 8% y entre enero y febrero el desplome ya alcanzaba entre el 15% y el 20% de la facturación. “Las ventas a principios de marzo ya fueron las peores en 20 años” asegura, y eso sin tener en cuenta el varapalo sufrido por la pandemia.
¿Las causas? Entre las principales el representante de la joyería rusa apunta a la fuerte devaluación del rublo y a la caída de ingresos provocada por la ‘guerra’ del petroléo con la OPEP, que ha desplomado los precios del crudo más del 70% en lo que va de año.
Similitudes con la situación en España
Lo preocupante es que su situación, salvando las distancias, es muy similar a la que se está desarrollando en nuestro país. En Rusia se han cerrado comercios, centros de trabajo, hay millones de personas desempleadas y ahorros que comienzan a flaquear, a lo que se añade el aumento de los precios en los bienes esenciales provocado por las limitaciones y la especulación.
Su artículo es de hecho, tremendamente elocuente: ¿Una imagen del apocalipsis en el cerebro inflamado de un alarmista? Me temo que no. Esta es la consecuencia prevista del desastre inminente. No, no es otra crisis, ni es una profunda recesión… sino una verdadera depresión.
"Desafortunadamente, las acciones ineptas de los gobiernos de la mayoría de los países en la lucha contra la pandemia se conjugaron con otros problemas económicos globales ya acumulados. ¡Y explotó! Ahora, la historia tiene una escala verdaderamente global, puesto que todos estamos interconectados" recuerda el directivo.
Algunas propuestas de choque
Para poner freno a la sangría que está por llegar, Utkin solicita al Gobierno ruso lo que en todos los países de nuestro entorno ya se demanda sin ambages: "si el Gobierno duda con las medidas de apoyo financiero para las empresas y los ciudadanos hasta finales de mayo, entonces para este momento ya pasaremos el punto de no retorno".
Casos de coronavirus en Rusia (42.853 positivos y 361 muertes reportadas). Fuente: The Moscow Times.
"En nuestra industria" continúa el directivo, "el potencial más valioso no son las máquinas, ni los equipos, ni los inventarios; sino las personas. Personal competente y altamente calificado en el campo del procesamiento manual artístico y decorativo de metales y piedras. Hoy lo necesario es salvar este potencial" asegura en su artículo.
Hasta la fecha, el Gobierno ruso ha propuesto algunas medidas para paliar el efecto económico de la pandemia. Entre ellas se encuentran la exención de algunos impuestos, la recomendación de bajar el precio de los alquileres a los arrendadores, las demoras en el pago de préstamos -pero que al final dependen de las entidades-. Unas medidas que para la Asociación resultan completamente "insuficientes".
Al igual que ocurre con otras economías, desde la Asociación piden una ambiciosa inversión de dinero público para que el conjunto de la sociedad no colapse
Para las empresas solicitan una exención total de todos los impuestos hasta finales de 2020, así como una verdadera moratoria sobre los créditos y otras tarifas, como las aduaneras. Para los ciudadanos pide un "aumento sustancial de las precarias prestaciones por desempleo, hasta llegara a triplicar el actual: Desde los 1.500-8.000 rublos actuales hasta los 24.000-36.000 (desde 24-125 euros actuales, hasta los 300-450 euros).
El directivo apunta a la necesidad de "reconocer que la industria joyera es la más afectada de todas" por su carácter de bien no esencial y, por lo tanto, "es urgente actuar para salvarla".
"El pueblo ruso nunca ha vivido a expensas del Estado; por el contrario, el Estado siempre ha vivido a sus expensas" recuerda Utkin.
