Se trata de un movimiento que, por si mismo, ya da muestras del calado que este tipo de diamantes está ya acusando en el mercado y especialmente en los últimos meses, en los que venimos contando prácticamente cada día una noticia relacionada con estas gemas creadas por el hombre. De hecho, según fuentes de la corporación minera rusa, Alrosa, la producción de sintéticos calidad gema ya estaría en torno a los 5 millones de quilates anuales, y creciendo.
La intención de Rapaport es ofrecer a sus suscriptores la oportunidad de votar a través de su web desde este próximo domingo 26, hasta el viernes 31, para conocer de primera mano ya no solo el interés de la industria por estas gemas, sino procurar una aproximación a los precios de mercado de estos diamantes. En base a las votaciones, la directiva de la empresa "decidirá si se lleva adelante o no" aseguran.
Una lista problemática
La elaboración de un listado con precios de diamantes sintéticos es una cuestión compleja que en GOLD&TIME también llevamos tiempo barajando. Al igual que ofrecemos a los suscriptores nuestra propia Tabla de Precios de Diamantes Naturales y Piedras de Color, más ajustada a la realidad del mercado español, no son pocos los profesionales que nos han planteado realizar una específica para el mercado de los sintéticos.
Pero en este caso surgen muchos interrogantes que aconsejan esperar. Mientras el del diamante natural es un mercado 'maduro' con canales de comercialización claros y consolidados como son las subastas de las empresas mineras (en el caso de los diamantes en bruto) o las Bolsas de Diamantes, de las que existen en torno a 30 aunque la gran mayoría del volumen se concentra en unas pocas (Amberes, Tel Aviv, Nueva York, o India), el comercio de los sintéticos se realiza desde el laboratorio productor directamente a los fabricantes y diseñadores de joyas, lo que obstaculiza conocer el precio por quilates de las gemas.
Eso por un lado. Pero luego está la homogeneización de las piedras. Es decir, las Tablas de Precios se ordenan por criterios como el peso, el color y la pureza de los diamantes naturales, que están perfectamente cuantificados. Sin embargo, con los diamantes sintéticos no siempre ocurre así, puesto que algunos fabricantes no tienen en cuenta estas características a la hora de venderlos e incluso no todos los laboratorios los certifican igual.
El caso más evidente de esta diversidad es el de De Beers, que en los diamantes sintéticos de su marca Lightbox no indica --ni lo va a hacer-- su graduación, pero también hay otros minoristas como Atelier Swarovski que tampoco los están vendiendo en base a los parámetros tradicionales de la joyería. Eso supone la imposibilidad de ajustar unos precios en base a su calidad.
Además, mientras que tradicionalmente el diamante ha sido --más allá de la joyería-- un producto de inversión o de coleccionismo, el diamante sintético no lo puede ser desde el momento en que se puede producir en masa y todas las previsiones apuntan a que su precio seguirá bajando en los próximos años.
Precisamente esa caída en los precios va a estar impulsada por la entrada al mercado de la calidad gema de los productores chinos. Como ya publicamos hace unas semanas, los principales fabricantes de diamantes sintéticos (hasta ahora para uso industrial) del gigante asiático ya han puesto a la joyería en su punto de mira y su entrada en el mercado qué duda cabe que va a desestabilizar los precios.
De hecho, el propio grupo De Beers es actualmente el principal agente desestabilizador. Mientras la mayoría de fabricantes están vendiendo --que nos conste-- a un precio por quilate en torno a un 30%-40% más barato que el de los naturales, la marca Ligthbox los vende entre cinco y seis veces por debajo de ese valor.
Esta importante fluctuación y la más que inminente entrada de nuevos actores, es lo que creemos va a suponer un serio handicap a la hora de mostrar unos precios razonablemente en línea con el mercado. De ahí la dificultad que entraña desarrollar un trabajo que tiene muchas probabilidades de quedarse obsoleto antes de terminarse.
Otro escenario muy diferentes es que el mercado acabe poniendo a cada productor en su sitio y se estabilicen tanto oferta como demanda, y además se puedan ir consolidando unos canales de comercialización más o menos confiables. A partir de ahí sí existiría la posibilidad de crear un listado con unos precios ajustados a la realidad.
Pero para llegar a eso intuimos que van a pasar años y muchas cosas más de por medio. Y estaremos para contárselas. Que les sea útil. Ese es nuestro mayor interés.