Por descorazonador que ello pueda parecer, mucho nos tememos que en el ejercicio 2019, al que acabamos de dar la bienvenida –si bien es cierto que con considerable menos alegría que en ocasiones anteriores, bien sea como consecuencia de los nubarrones que se atisban en el futuro, bien por la decidida actuación de nuestras clases políticas estatales, autonómicas, y municipales, que parecen empeñadas en coartar cualquier tipo de alegría con prohibiciones, cortapisas y aherrojamientos– no presente atisbos de cambio que nos puedan llevar a pensar que los vientos van a soplar de popa en la travesía de nuestros negocios.
Antes al contrario, basta con asomarse, siquiera sea someramente, a las páginas de los periódicos y las imágenes de los telediarios, para darnos cuenta de que se siguen produciendo robos, atracos, fraudes, engaños, ruinas, quiebras, y tantos y tantos avatares desafortunados para la marcha nuestro sector.
Y es que es muy posible que la alegría y la esperanza de las fiestas navideñas, no sean sino meros estados anímicos inducidos por la parafernalia navideña, de los que nos despiertan, con abrumadora eficacia, la tozuda realidad del día a día, la fría verdad de la cuenta de resultados de las ventas navideñas, y la resaca de las esperanzas defraudadas.
Pero así son las cosas, y si por algo se ha caracterizado nuestro sector es por la valentía y la dureza de sus miembros que levantan cada mañana el cierre de su tienda, para enfrentarse a la parálisis del sector y a la ausencia de negocio.
Fernando Yandiola es abogado y director de Yandiola & Rodríguez, Asesores Empresariales, S.L.
Y lo hacen con la machacona cabezonería de quienes, habiendo decidido su línea de trabajo, están dispuestos a sacarlo adelante pese a todo, y caiga quien caiga. Para todos ellos, "Feliz Año 2019".