Pregunta: Recibí un formulario de un Instituto Demoscópico que parecía oficial, en el que me comunicaban que tenía que verificar los datos de mi negocio y, una vez corregidos, los enviara para que estuvieran correctamente publicados en Internet. Lo envié cumplimentado a una dirección de correo electrónico y no volví a pensar en el asunto. Hasta que hace dos días he recibido un mail en que me agradecen la confianza y la contratación del servicio me mandan una Factura por 800 Euros más IVA, indicándome una cuenta bancaria a la que realizar el pago por transferencia. En ningún caso he aceptado contratar servicio alguno, y tampoco se me ha informado que tuviera ese precio.
Les he mandado un mail y me contestan que todo estaba en la parte de abajo del correo anterior. Lo he comprobado y he advertido que, efectivamente, hay un apartado en letra minúscula, donde pone que la remisión de los datos implica la aceptación de la prestación del servicio, y se indica que el coste puede llegar hasta el precio dicho. He contactado con ese Instituto, para que me dieran de baja y cancelen la Factura, pero me amenazan con que si no pago enviarán la documentación a sus servicios jurídicos. Desde luego, me siento estafado, pues todo lo hacen de manera encubierta, para que aceptemos pero lo cierto es que ese servicio no vale, ni de lejos 800 euros, y en ningún sitio aparece que se trate de un contrato, sino que lo ponen por detrás. Quisiera saber si hay alguna forma de enfrentarme a esta empresa, y no tener que pagar esa estafa.
Respuesta: Se trata de una cuestión frecuente que ya nos han consultado en varias ocasiones. Hay muchos supuestos de empresas (no solo del sector de la Joyería), que se han visto sorprendidas por este tipo de anuncios, cartas o llamadas telefónicas de presuntos "organismos" públicos, en los que, creyendo simplemente que lo que están haciendo es actualizar datos de general conocimiento, lo que realmente hacen es suscribir contratos publicitarios más o menos encubiertos, cuya letra pequeña contiene obligaciones de muy duro cumplimiento.
Hay que comenzar diciendo que, en principio, los contratos que se asumen voluntariamente deben ser cumplidos plenamente. Ahora bien, es en ese concepto de "asunción voluntaria" donde se encierra la clave del asunto. Para que el contrato firmado pueda considerarse obligatorio para los contratantes tiene que haber sido firmado por ambos, con perfecto conocimiento de sus cláusulas e implicaciones y voluntad de aceptarlas.
En caso contrario, se considera que si existe defecto de voluntad, cuando lo realmente querido por el contratante es diferente de lo asumido contractualmente, cabe hablar de VICIO DEL CONSENTIMIENTO lo cual, a tenor de lo que establece el Código Civil español, invalida la aceptación y anula el supuesto contrato. Aparte de ello, es claro que el tipo de Cláusula del documento que nos indica entra de lleno en la conceptuación de Cláusulas Abusivas de Contratación.
En el caso que Ud. nos plantea, creemos que existe tanto un Vicio del Consentimiento como una Cláusula Abusiva. Lo que ocurre es que hay que demostrarlo y probarlo, a fin de que, en el caso de una reclamación, pudiera declararse la nulidad del Contrato. Para ello entendemos que sería suficiente con que Ud. (o en caso de que así lo prefiera, su Abogado que, como consecuencia de su mayor experiencia podrá probablemente hacerlo en términos más correctos y adecuados para la finalidad probatoria posterior) le comunique de forma fehaciente (preferiblemente mediante un Burofax Certificado con acuse de Recibo) a la otra parte que, habiendo tomado conocimiento del contenido del documento, les manifiesta su voluntad firme de ANULARLO Y DEJARLO SIN EFECTO, por contener cláusulas no negociadas individualmente y por incluir la caracterización de la obligación contractual de modo oscuro, ocasionando vicio de consentimiento.
Acto seguido, ponga el asunto en las manos de sus Abogados ya que, en los últimos meses han sido muy numerosas las Sentencias que han anulado Claúsulas Abusivas, por estar puestas en letra minúscula, impidiendo la comprension y el acuerdo de voluntad de una de las partes, lo que invalida el consentimiento.
Y si no se avienen, deje que sea la Justicia la que de la respuesta final, que creo que le favorecerá.
Fernando Yandiola es abogado y director de Yandiola & Rodríguez, Asesores Empresariales, S.L.
