Se trata de un ejemplar extremadamente raro puesto que no es habitual encontrar diamantes de este calibre en talla redonda dado que los maestros lapidarios suelen aprovechar mejor las piedras en bruto de grandes dimensiones optando por otras tallas.
La gema procede de una piedra de 402 quilates encontrada por De Beers en Botswana a la que posteriormente dio forma la empresa sudafricana Diacore. La labor llevó cerca de seis meses de planificación y trabajo.
No se subastará
Ahora se pone a la venta pero no será a través de subasta, como sería lo habitual en Sotheby’s, sino que está abierta a ofertas privadas en la nueva tienda de New Bond Street. Lo que no ha trascendido es el precio que piden por esta soberbia gema, pero habida cuenta de su tamaño y calidad, la cifra se contabilizará sin duda en millones de euros.