Son los datos de un sondeo realizado entre 1.000 mujeres de entre 18 y 35 años encargado por la
Asociacion de Productores de Diamantes (DPA, en inglés). Esta asociación está formada por gigantes de esta industria como De Beers, Rio Tinto o Alrosa, y se creó hace dos años para impulsar la atonía en el mercado del diamante y, especialmente,
hacer frente a la amenaza que puedan suponer los diamantes sintéticos en un futuro no muy lejano.
Precisamente por eso se trata de un estudio que hay que tomar con cautela debido a los grandes intereses que se juegan en este mercado, pero que sin embargo puede ser útil a la hora de descifran las preferencias de los consumidores y las tendencias del mercado.
Una inversión a largo plazoEl sondeo muestra que
el 75% de estas mujeres ven a la joyería con diamantes como una inversión personal y a largo plazo. “Es uno de los factores que explica porqué las compras de diamantes para sí mismas han crecido del 25% en 2013, hasta el 31% en 2015 en el mercado norteamericano”, señalan desde la DPA.
Opiniones contrapuestasNo obstante, no todos los estudios de mercado apuntan hacia la misma tendencia entre los millennials y, de hecho,
un sondeo publicado el año pasado por la consultora MVI muestra justamente lo opuesto.
Tras consultar a 650 jóvenes con posibilidades de comprar artículos de lujo, el sondeo muestra cómo el 55% se decantaría por los fabricados por el hombre frente a los naturales, mientras otro 20% aún no lo tendría decidido.
Las razones esgrimidas son casi siempre las mismas: Menor impacto ambiental que la minería tradicional de diamantes y la asociación de los diamantes naturales con la explotación y el abuso a la población local (diamantes de sangre). A estos motivos habría que añadirles también el factor precio, más económico que los extraídos de la naturaleza.