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Fernando Yandiola recibió el Premio Nicolau de la Asociación Española de Tasadores de Alhajas

jueves 29 de octubre de 2015, 11:35h

El Premio Nicolau, que entrega anualmente la Asociación Española de Tasadores del Alhajas (AETA) durante la celebración de ProDiam ha ido este año a manos de uno de los profesionales mejor valorados por el sector joyero y relojero, por sus años de trabajo asesorando legalmente a las empresas y asociaciones de esta industria.

Fernando Yandiola recibió el Premio Nicolau de la Asociación Española de Tasadores de Alhajas

Fernando Yandiola lleva más de una década colaborando también con este Periódico en la sección de asesoría Legal, Laboral y Fiscal. Aprovechamos este homenaje para incluir su artículo mensual de opinión en la edición del mes de septiembre:

Al tajo!

Bien, pues como dijo Tarradellas, "ja soc aquí". Y espero que aquí, también, sigan todos los que estaban, y que se hayan incorporado algunos nuevos. Pero la pregunta es si también están aquí, o por lo menos, cerca, los políticos que deberían ocuparse de poner un cierto orden en la economía "de empresa" española.

Tal pareciera que, con tal de que vaya mejorando (por levemente que sea) el cuadro macro-económico, nada les preocupa. Se pasan el tiempo recitando sus respectivos coros: "La economía mejora a pasos agigantados, gracias a las políticas del Gobierno", vocean los de aquí.

"La supuesta mejora de la economía es la gran mentira del Gobierno" se oye tronar desde la orilla de enfrente. Y entre medias, el sufrido empresario, plantado en mitad del erial, calado hasta los huesos con la que le viene cayendo encima desde hace casi una década, y con cara de tonto cuando piensa: "Y si todo va tan bien, ¿cómo es posible que yo siga más tieso que la mojama y a punto de que me caduquen hasta los diamantitos del escaparate?. Debo ser el tendero más tonto de esta galaxia y, problablemente, de las dos de los lados...".

Pues no, caballero. No lo es. Si acaso, es usted - lo soy yo, lo somos todos - lo bastante ingenuo como para pensar que esos señores van a tener tiempo, aparte de para dedicarse a pelear entre ellos por mantener o heredar el poder, con lo que eso cansa, para preocuparse o/y ocuparse de que la micro-economía - esa que componemos usted y yo - arranque y se ponga en velocidad de crucero.

Basta con ponerse a pensar en cuántas medidas ha adoptado el Gran Hermano (o han propuesto los que aspiran a derribarlo y devorar sus despojos) para mejorar, siquiera sea en milésimas, la posición de quienes se dejan la piel para sacar adelante sus negocios.