La investigación mostró que las perlas naturales han sido dañadas tras un tratamiento nuevo e inestable (revestimiento) que se aplicó en la superficie. A priori, los daños observados en el collar son irreversibles.
El director del Instituto suizo, Michael S. Krzemnicki, explica que un cliente les había traído un collar de perlas de concha para determinar qué había causado esta completa corrosión en la superficie de algunas de las perlas en la joya. "El dueño del collar nos aseguró que, desde que compró el collar hace unos meses, estas perlas habían estado guardadas la mayor parte del tiempo en su caja fuerte, y se habían llevado sólo ocasionalmente.
Curiosamente, después de una primera ojeada, el examen visual parecía indicar que no todas las perlas de concha en el collar estaban afectadas por esta alteración de la superficie. Un estudio microscópico detallado de este collar reveló que incluso las perlas naturales que a primera vista parecían no verse afectadas, estaban de hecho en una etapa muy temprana de la alteración de su superficie y se convertirían igualmente en piezas dañadas con el transcurso del tiempo.
Los análisis de microscopía electrónica de barrido (SEM) de las perlas naturales revelaron que fueron recubiertas (véase la Figura 3) por una capa rica en carbono (es decir, una resina artificial). El método de identificación más fiable para detectar este tipo de tratamiento en las perlas de concha es la espectrometría Raman.
Krzemnicki recuerda que el peligro de este nuevo e inestable tratamiento de las perlas es que la alteración de la superficie descrita a menudo puede ocurrir al poco tiempo desde que el cliente haya adquirido esta costosa pieza en su joyería. "Y esto puede dañar en gran medida la confianza del comprador hacia su establecimiento y, por ende, la de todo el Sector".
*Pueden acceder al artículo completo a partir del próximo lunes, en la edición de Octubre del Periódico GOLD&TIME.