Después de 20 años en el IGE y los últimos como director del Laboratorio de Análisis y Certificación decides dar un paso a un lado e iniciar una nueva etapa en solitario, aunque siguiendo vinculado al IGE. Eso fue en marzo y justo 15 días después nos confinan. ¿Cómo ha sido tu experiencia a la hora de emprender en tiempos de crisis?
Sí, era una decisión meditada durante mucho tiempo, siempre quería dedicarme al tallado de gemas, llevar mi propio negocio en este sector, y sentía que, tras un camino largo, ya había llegado el momento.
La verdad es que el confinamiento me ha venido muy bien, una pausa justo en el momento necesario. Al siguiente día de cerrar los colegios en Madrid, me fui con la familia a un pueblo en Segovia, donde pude desconectar por completo y pasar mucho tiempo estudiando y jugando con mis hijos, pero también pensar y trabajar con mis piedras. Este encierro me ha permitido hacer mucho trabajo de base, para el cual en la vida normal no encontraría tiempo, también avanzar en la parte informática de mis proyectos, participar en webminars gemológicos y comunicarme con amigos del sector de todo el mundo. Y las ventas en este periodo me han ido muy bien, Internet no ha parado, más bien todo lo contrario, y mis clientes tenían más tiempo para dedicar a sus pasiones sin salir de casa.
Tu trabajo como lapidario va más allá de la talla de gemas comerciales, sino que buscas piedras y cortes especiales, con ‘alma’. Podríamos llamarlas como ‘gemas de autor’. ¿Cómo responde el público ante este tipo de piedras? ¿Hay una demanda importante en España, o es sobre todo fuera?
Efectivamente, son tallas especiales. Esta técnica se llama tallado de precisión, a diferencia del tallado comercial que permite facetado muy rápido de piedras estándar, generalmente de calidad de talla bastante baja. El tallado de precisión sigue un patrón exacto de facetas especialmente diseñado, pudiendo elegir entre patrones existentes o diseñar nuevas tallas con programas especiales de ordenador. Estos programas además permiten analizar el paso de la luz dentro de la futura gema para garantizar su máximo brillo, teniendo en cuenta sus propiedades ópticas (color, índice de refracción, dispersión, etc.).
Análisis de paso de luz previo al tallado de la gema, utilizando el programa DiamCalc para el diseño “50 aniversario del IGE”. Una esfalerita de 25 quilates, tallada con el mismo diseño.
Es importante entender que el tallador siempre está frente a un dilema – conservarle el máximo peso a la futura piedra facetada o proporcionarle máxima belleza, aún sacrificando algo más del peso. En el tallado comercial casi siempre la preferencia se da al peso, generándose muchas piedras de poco brillo y con faltas graves de simetría. En cambio, en el tallado de precisión la belleza de la piedra está en el primer lugar.
Por otro lado, cuando se hacen diseños de tallas especiales, la gema en sí puede utilizarse como material para expresar ideas artísticas, cargando las facetas de simbolismo y formando dibujos deseados. Un ejemplo podría ser esta amatista que tallé hace ocho años para regalar a mi mujer, después de nacer nuestro segundo hijo en el Hospital de la Paz en Madrid. Estaba allí y me fijé en el plano de la planta del departamento de maternidad, que es una torre octogonal muy simétrica. Así nació la idea de la forma de la talla y disposición de las facetas, para crear una piedra realmente única para recordar este momento.
La torre de maternidad del Hospital de la Paz en Madrid.
El plano de planta y diseño de una gema facetada inspirada en mismo, realizado con el programa GemCad.
Amatista de 18 quilates, tallada según este diseño.
Obviamente, el proceso de diseño y tallado de este tipo de gemas es mucho más lento que el tallado comercial. Un tallador en una fábrica China puede hacer más de 100 piedras al día, mientras que para el tallado de precisión estamos hablando de horas y a veces días por piedra. Son dos productos muy diferentes. Pero, contestando a la segunda parte de tu pregunta, sí, hay cada vez más público que valora este tipo de tallas, sobre todo en EEUU, pero también en Europa y en Asia. No se puede hablar de la demanda masiva, las gemas con tallas de precisión son todavía una gota en el mar de piedras de talla comercial, es un mercado de nicho, pero ya tiene sus clientes apasionados. Es fácil ganar adeptos cuando la calidad, la exclusividad y la belleza están de tu parte.
El tallador siempre está frente a un dilema: conservarle el máximo peso a la futura piedra facetada o proporcionarle máxima belleza, aun sacrificando algo más del peso
¿Cuáles son actualmente tus principales canales de venta? En internet hay un amplio espacio de venta, pero parece que en ocasiones falta mucho control, ¿cuál es tu opinión sobre los criterios de venta de las grandes plataformas?
Mis ventas se hacen casi exclusivamente por Internet. Es un medio fantástico para sectores de nicho estrecho, como son mis proyectos. Tengo actualmente un sitio web dedicado a la esfalerita española, gem-sphalerite.com, y otro sobre las gemas con inclusiones raras, para coleccionistas, gems-inclusions.com. Las dos webs se han convertido en sitios de referencia internacional en sus respectivas áreas. Ahora estoy preparando otra web nueva para mis gemas más tradicionales, pero con tallas muy especiales, para joyería.
Efectivamente, Internet es una plaza muy grande y se encuentra de todo, vendedores serios, pero también mucha gente que intenta colar gato por liebre. Siempre es importante saber dónde se compra, comprobar la reputación del vendedor. En las plataformas grandes se juntan vendedores de todas partes, de diferente grado de seriedad, es un riesgo para el comprador y para el prestigio de la plataforma.
Algunas hacen la vista gorda a todo, otras, como Catawiki, intentan introducir reglas estrictas y exigen la certificación independiente de todas las gemas que se venden, y solo de laboratorios de reconocido prestigio y confianza. Por ejemplo, en España para ello solo está acreditado el Laboratorio del IGE. En mi caso, estoy preparando un certificado de calidad propio para entregar con todas mis piedras especiales, indicando no solo sus características gemológicas, sino también la descripción detallada de la talla.
Un tallador en una fábrica China puede hacer más de 100 piedras al día, mientras que para el tallado de precisión estamos hablando de horas y a veces días por piedra
Hace unos días publicamos una interesante entrevista con Lisi Fracchia en la que nos hablaba de tu trabajo con las esfaleritas y apostaba también por el empleo de otras gemas también poco empleadas en joyería: ¿Qué piedras recomendarías poner en valor y que se salgan de lo habitual, incluso con durezas medias-bajas?
Coincido completamente con Lisi, la gemología nos ofrece un abanico muy amplio de materiales, pero muchos de ellos se ven poco utilizados en joyería. Aparte del diamante, lo típico es ver las tres piedras de color más cotizadas - rubí, zafiro y esmeralda - y luego joyas con piedras ya mucho más económicas – variedades del cuarzo, topacio, piedras sintéticas e imitaciones.
Hay toda una gama de fantásticas gemas naturales que se sitúa en el medio entre estos dos extremos – turmalinas, espinelas, zafiros fantasía, tanzanitas, tsavoritas, espesartinas, rodolitas, zircones, heliodoros, morganitas, peridotos, crisoberilos, ópalos, etc. Diría que, de toda esta variedad de gemas situadas en el término medio de precios, la única que se utiliza con frecuencia es la aguamarina.
Hablando de las gemas menos tradicionales y de dureza más baja, podría mencionar también la esfena y el apatito. Los dos tienen la dureza de 5 que hace perfectamente posible su uso en joyería, aunque obliga a tratarlas de forma más delicada en el engastado y en el uso de la joya. La esfena tiene el índice de refracción muy alto que le proporciona mucho brillo, pero además su alta dispersión le da destellos de colores espectrales, el típico “fuego”.
El apatito también tiene buen brillo, pero lo que le destaca sobre todo es el color azul verdoso neón, espectacular en algunos ejemplares, que le convierte en un sustituto natural de otra gema muy altamente cotizada – la turmalina paraiba -, no tiene nada que envidiar a ella en su apariencia y es mucho más económico.
Internet es una plaza muy grande y se encuentra de todo, vendedores serios, pero también mucha gente que intenta colar gato por liebre. Siempre es importante saber dónde se compra, comprobar la reputación del vendedor
Aunque ya no estás en el laboratorio, todos te conocen como uno de los mayores expertos en España en Diamantes naturales y Sintéticos, cómo estás viendo la entrada de nuevas marcas de joyería que comercializan diamantes creados en laboratorio como ‘ecológicos’ o ‘éticos’?... ¿y cómo percibes, en general, el futuro de este mercado?
Entiendo que utilicen estos términos, es un argumento de venta importante junto con el precio de los diamantes sintéticos, pero no me gustan porque en cierto modo pueden hacer pensar que los diamantes naturales no son “ecológicos” o “éticos” y no es así. Primero habría que comparar las condiciones de trabajo en las fábricas de China o India, dónde se producen y se tallan, con las plantas de diamantes naturales en Canadá, por ejemplo.
O la energía necesaria para fabricarlos con una explotación artesanal de diamantes aluviales en África que da para vivir a varias familias locales. Creo que hay que nombrar los productos por su nombre para no confundir al consumidor con términos ambiguos. La norma ISO 18323:2015, aprobada en España como UNE-EN ISO 18323:2016, indica claramente las opciones para la correcta denominación de diamantes sintéticos. Todavía no he visto ninguna empresa nacional o internacional que siguiera esta nomenclatura.
Sobre el futuro del mercado de diamantes sintéticos, quería recordar que cualquier gema natural tiene tres cualidades fundamentales: belleza, rareza y durabilidad. El diamante sintético carece de una de ellas - la rareza- , no es un recurso natural agotable, puede producirse en cantidades ilimitadas según la demanda, y a precios cada vez más bajos. Además, carece de la magia de una creación única de la naturaleza, algo indispensable para las gemas, desde mi punto de vista.
No es el primer análogo sintético de una gema natural que aparece. A comienzos del siglo XX se introdujeron los rubíes y zafiros sintéticos, más tarde las esmeraldas sintéticas y todos al principio se vendían caro, intentando rivalizar con las gemas naturales. Pasaron los años y cada producto se quedó en su nicho de precios, la existencia de los análogos sintéticos baratos no afectó los precios de rubíes, zafiros y esmeraldas naturales. Creo que, tras años de confusión, el mercado llegará a la misma situación con los diamantes.
La existencia de análogos sintéticos baratos no afectó los precios de rubíes, zafiros y esmeraldas naturales. Creo que, tras años de confusión, el mercado [del diamante sintético] llegará a la misma situación con los diamantes
El otro día conocíamos la entrada en vigor de una nueva norma ISO para clasificación de Diamantes, aunque básicamente está copiada del Libro Azul de CIBJO. ¿Es importante para la industria contar con esta norma? ¿Afecta realmente al trabajo de graduación?
Creo que el impacto de esta nueva norma va a ser mínimo. Las normas de graduación de calidad de diamantes ya existían hace años: PAS:1048, IDC rules, CIBJO Blue Book. Ahora las han aprobado en formato ISO. No es de obligado cumplimiento, seguramente tendrá la misma suerte que la norma ISO 18323 comentada anteriormente en relación con la nomenclatura de diamantes sintéticos.
Lo que podría realmente homogeneizar los criterios de graduación de diamantes entre diferentes laboratorios es un organismo internacional que acreditara cada laboratorio para el uso de la misma norma, inicial y periódicamente. Sin esta acreditación y control, cualquiera puede decir que sigue una determinada norma, y luego graduar de forma subjetiva, algo que se observa en la actualidad y mina la confianza de los consumidores en el diamante.
Por otro lado, el organismo internacional más importante para la graduación de calidad de diamantes es GIA, fueron los autores iniciales del sistema de graduación, tienen mayor prestigio entre profesionales y volumen de certificaciones impresionante en sus laboratorios ubicados en varios países, es un gran negocio. ¿Va a implementar esta nueva norma GIA en sus laboratorios, cambiando, por ejemplo, su escala de color por la de CIBJO? Lo dudo. Además, ¿qué interés tendría GIA de acreditar a otros laboratorios para asegurarse que tienen la misma seriedad y confianza que ellos?...
Creo que nos toca esperar la introducción de sistemas totalmente automatizados de graduación de calidad de diamantes para ver cambios reales en esta área.
Los diamantes naturales tienen millones de años y ganaron su nombre de Adamás (invencible). ¿Qué son unos años de turbulencias para una gema con este nombre?
Y en cuanto al diamante natural habrás seguido los cambios en toda la industria, desde la minería, hasta la comercialización cada vez más digital, pasando por la crisis de confianza de grandes ‘patriarcas’ de la industria como Rappaport… ¿Cómo estás observando estos cambios?
El diamante natural no vive su buen momento. Se han juntado varias causas a la vez. El gigante De Beers, gran protector y patrocinador del sector durante décadas, se ha quitado de este papel; la mala publicidad sobre diamantes de zonas de conflicto hizo su daño, a pesar de los protocolos para erradicar este problema, algo único comparado con otras materias primas; el comercio online hace caer a los intermediarios y estrecha los márgenes cada vez más; aparece el diamante sintético y toda la confusión relacionada con él; los profesionales empiezan a dudar de un listado de precios utilizado por todo el sector durante décadas, y en todo este panorama tenemos una pandemia de la COVID-19 que paraliza la economía global…
No obstante, el diamante tiene muchas cosas a su favor. Es un recurso limitado, frente a la creciente población de la Tierra y la demanda potencialmente ilimitada. El deseo de adornarse y a destacar, buscar cosas raras y únicas, es natural en las personas desde la más remota antigüedad y no pienso que los móviles lo quiten tan fácilmente. Así que, creo que todas estas turbulencias van a ser algo temporal para el diamante.
Los diamantes naturales tienen millones de años, desde su formación en el manto de la Tierra, y miles de años de historia de admiración humana, desde que asombraron a los antiguos por su dureza y brillo y ganaron su nombre de Adamás (invencible). ¿Qué son unos años de turbulencias para una gema con este nombre?