Invertir en alta joyería y, más concretamente, en aquellas que llevan diamantes u otras gemas de color siempre es una buena opción para los inversores y coleccionistas aunque es cierto que debe tratarse de piedras de gran calidad y por lo tanto, al alcance de muy pocos bolsillos.
Así lo creen desde la consultora especializada en inversiones de gran lujo Knight Frank, que en su último informe del primer trimestre de 2019 destaca el valor creciente de las piedras preciosas de color, que superan al mercado de joyería en general y son cada vez más populares entre inversores y coleccionistas.
El informe destaca la venta el pasado mes de abril en la sala Bonhams de Londres de un anillo de zafiro de Kachemira de 17,43 quilates, que se cerró por 723.063 libras (807.500 euros) pese a salir con una estimación de entre 300.000 y 400.000 libras.
Premios medios por quilate conseguidos en las principales casas de subastas en el primer trimestre de 2019
Rubí: 1.196.809 dólares / quilate
Esmeralda: 305.516 dólares / quilate
Diamantes incoloros: 282.485 dólares / quilate
Zafiro: 242.145 dólares / quilate
“El factor de rareza es un tirón innegable" explica Jean Ghika, directora de Joyería en Bonhams, “Los compradores buscan expandir sus colecciones más allá de los diamantes incoloros. Están dispuestos a buscar especímenes altamente deseables y raros, ya sean zafiros de Cachemira, rubíes de Birmania o esmeraldas sin aceite, como las que tal vez nunca vuelvan a encontrar" asegura.
