Pues aparentemente no parece ser así, según una encuesta de la consultora Deloitte, que muestra cómo la intención de regalar joyas y relojes ha descendido cinco posiciones respecto al año pasado, situándose por detrás de otros artículos como ropa, libros, cosméticos, viajes, smartphones, e incluso el dinero en efectivo.
En concreto, según Deloitte “los dulces, la comida y bebida –como cestas navideñas y productos gourmet— han ascendido este año bastantes posiciones, en detrimento de la joyería” entre las preferencias de los españoles a la hora de regalar.
‘Ganas de gastar’
La percepción de una mayor estabilidad económica permite al consumidor aumentar su presupuesto navideño aunque “todavía con cautela”, sostienen desde Deloitte, y es en el canal online donde se gastará este año el 26 % de ese presupuesto, frente al 6 % de cuota que presentaba este canal hace diez años).
Esto supone un crecimiento del 12 %, hasta los 178 euros, respecto al año pasado y es también una de las más importantes oportunidades de crecimiento para el sector Joyero y Relojero, especialmente en los artículos más vinculados a la Moda, aunque las preferencias de los españoles no sitúen a las joyas y los relojes entre sus primeros deseos.
Es decir, como explican los expertos en comercio online, la visibilidad en Internet es un factor clave a la hora de que los consumidores modifiquen sus preferencias ya que las compras de regalos se deciden, en una gran mayoría de casos, en el último minuto.
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¿Qué busca el comprador en Internet?
Según el estudio más de un cuarto del presupuesto se gastará en la web, pero la integración de las tiendas físicas y online es cada vez más demandada.
• Las webs de los distribuidores y de las marcas siguen siendo, junto con los motores de búsqueda, la primera referencia del consumidor español cuando inicia el proceso de compra.
• Las redes sociales y los blogs y foros no acaban de consolidarse como las fuentes de consulta más representativas. Los consumidores prefieren acudir en primer lugar a las fuentes originales.
• La compra presencial es prioritaria para aquellos que valoran disponer de un servicio de asesoramiento en persona, los que disfrutan del proceso de compra y los que requieren de inmediato el producto.
• Por su parte, en Internet prima la disponibilidad de productos, opiniones, precios y ahorro de tiempo.
• El consumidor es impaciente y quiere obtener lo que busca lo antes posible, por lo que los comerciantes tendrán que redoblar esfuerzos en proporcionárselo a tiempo para evitar la fuga de clientes.