El objetivo es que la autenticidad de los productos elaborados con estos materiales sea inmediatamente reconocible para los compradores. El sello es también un sistema de seguimiento que proporciona un mayor control sobre cómo se utiliza la marca.
Cada sello dispone de un número de identificación único que permite distinguir los cristales de las falsificaciones, y que permite a los clientes comprobar la autenticidad de la etiqueta o adhesivo mediante verificación de su número de seguimiento.
El sello, que está creado utilizando tecnología holográfica sobre una lámina de plata, lleva inscritas las palabras ‘Cristales de Swarovski’, la firma del fundador, Daniel Swarovski, y el año de fundación de la empresa “Desde 1895”.