El fenómeno vanguardista surge a partir de una serie de movimientos y artistas, a quienes en ocasiones se les consideraba incluso agresivos y provocadores. Replantean la propia concepción del arte en sí mismo, la estética y las formas academicistas y tradicionales que habían primado hasta el momento. La llegada de las vanguardias fue un punto disruptivo en todas las manifestaciones artísticas en Occidente, incluyendo la joyería.