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Cuando el oro no brilla: Las lagunas para controlar el origen del metal

La ONG Global Witness pone sobre la mesa un turbio asunto relacionado con el refinado de oro de Sudán

miércoles 16 de septiembre de 2020, 07:00h
La ONG Global Witness pone sobre la mesa un turbio asunto relacionado con el refinado de oro procedente de Sudán, justo cuando este país se encontraba en plena Guerra Civil en el año 2012. Según la investigación de esta ONG la refinería de oro más grande del mundo, Valcambi, con sede en Suiza, habría obtenido más de 20 toneladas de oro procedentes del mayorista saudía Kaloti que, a su vez, habría comprado el metal a Sudán en circunstancias poco claras.

En 2012, Kaloti probablemente obtuvo al menos 20 toneladas de oro vinculadas a grupos armados en Darfur, Sudán, escenario de un conflicto de larga duración y presunto genocidio, y continuó comprando oro vinculado al conflicto, al Banco Central de Sudán entre 2013 y 2019. “A pesar de esto, Valcambi parece haber ignorado las señales obvias de que el oro de Kaloti podría estar relacionado con el conflicto” sostiene la ONG.

“Mostramos cómo las prácticas de abastecimiento problemáticas de ambas empresas han sido habilitadas o ignoradas por los organismos de la industria del oro, algunas de las firmas contables más grandes del mundo y las autoridades de Suiza y Dubai. La relación entre Kaloti y Valcambi ilustra la falta sistémica de gobernanza en el comercio del oro”.

Mineros artesanales buscando oro en la conflictiva región de Darfur, al sureste de Sudán.

“A pesar de que las prácticas comerciales sin escrúpulos de Kaloti son bien conocidas”, su oro ingresa a cadenas de suministro internacionales supuestamente acreditadas. Según nuestra investigación, los productos que contienen oro de Kaloti probablemente hayan sido comprados por las principales marcas mundiales, incluidas Amazon, Starbucks, Sony, Disney y HP" denuncian desde Global Witness.

En el informe Beneath the Shine: A Tale of Two Gold Refiners (Más allá del brillo: Historia de dos reginerías de oro) Global Witness revela que la firma saudí Kaloti compró más de 57 toneladas de oro sudanés solo en 2012. Y la propia ONU ha estimado que al menos 30 de las 65 toneladas de oro que Sudán exportó a los Emiratos Árabes ese mismo año estaban conectadas a las milicias en Darfur, donde acababa de comenzar una “fiebre del oro” para financiar el conflicto armado. Grupos involucrados en asesinatos, secuestros, torturas, extorsiones y trabajos forzados según ha acreditado también la propia ONU.

“Si bien Valcambi se presenta como un pionero de la industria en el abastecimiento responsable y afirma ir más allá de los estándares de diligencia debida de la OCDE reconocidos internacionalmente, está contraviniendo esos mismos estándares al no analizar las prácticas de abastecimiento irresponsables de Kaloti y continuar obteniendo oro de la refinería problemática” añaden desde la ONG.

La London Bullion Market y los auditores, en entredicho

La investigación de la ONG salpica también al regulador británico London Bullion Market Association (LBMA), el principal organismo de acreditación del sector del oro, que ha seguido incluyendo a Valcambi en su Good Delivery List.

“Se supone que cualquier empresa de esta lista debe llevar a cabo una sólida diligencia debida en la cadena de suministro, lo que aparentemente Valcambi no ha hecho con Kaloti” lamenta el informe.

Las lagunas en los estándares de abastecimiento responsable de la LBMA y la aparente falta de supervisión de Valcambi por parte del organismo han facilitado las fallas de diligencia debida de la compañía con respecto a Kaloti. El auditor de Valcambi, KPMG, también parece haber hecho la vista gorda ante el abastecimiento de Valcambi de un proveedor de alto riesgo, según denuncia la ONG.

Los gobiernos en las jurisdicciones donde se encuentran estas refinerías también son parte del problema, ya que parecen depender únicamente del inadecuado autocontrol en lugar de asumir la responsabilidad de detener el comercio de oro que alimenta y financia conflictos y abusos de derechos humanos” señala el informe.

Los Emiratos Árabes Unidos, un centro notorio para el oro de alto riesgo, hace poco para hacer cumplir los requisitos de diligencia debida y Suiza carece de una legislación significativa de abastecimiento responsable. Estas debilidades regulatorias significan que el oro en conflicto aún podría encontrar su camino hacia mercados de renombre.

Tanto Kaloti como Valcambi han negado los hallazgos de Global Witness y afirman que llevan a cabo una "diligencia debida mejorada" cuando se abastecen de áreas afectadas por conflictos y de alto riesgo.

Descargue aquí el informe completo de la ONG